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Chávez se revuelve y acusa al Rey de estar detrás del golpe que intentó derribarle
aracas Actualizado: GuardarEl presidente venezolano, Hugo Chávez, no está dispuesto a callarse a pesar de la airada reacción del Rey durante la XVII Cumbre Iberoamericana clausurada el sábado en Santiago de Chile. Ni mucho menos. Sólo que ayer el objetivo de sus dardos y salidas de tono no fue el ex presidente José María Aznar sino el propio Monarca español. Antes de abandonar tierra chilena, el mandatario caribeño persistió en su actitud de enfrentamiento e incluso llegó a acusar a don Juan Carlos de estar detrás del frustrado golpe de Estado de abril de 2002 que intentó derrocarle. En una conversación con periodistas dijo que «ya que empezó el debate, señor Rey, responda, ¿sabía usted del golpe de Estado en contra de Venezuela, contra el Gobierno democrático legítimo en 2002?».
Chávez mencionó al entonces embajador de España en Caracas, como uno de los que sabían de la conspiración. «Es muy difícil pensar que el embajador va a estar apoyando a los golpistas sin la autorización de su Majestad. Ahora, ya me pregunto, en este momento, ¿será que el Rey sabía del golpe contra mí en 2002 y por eso se enfurece porque digo que Aznar es un fascista? Me hago la reflexión, me digo ¡qué inocente! si es el mismo Rey el que dirige la política exterior», añadió el líder caribeño.
«Entiendo la furia»
Pero Chávez no se quedó ahí, sino que echó más leña al fuego al señalar: «Ahora yo entiendo la furia del Rey con esa pregunta ¿por qué no te callas? Señor Rey, yo le digo lo siguiente: tenemos 500 años aquí y nunca nos callaremos. Mucho menos a la voz de un monarca». El mandatario sudamericano se mostró también sorprendido por la «furia» del Rey cuando le mandó callar por interrumpir al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. «Al Rey le tuvieron que agarrar porque se puso muy bravo como un toro y yo no soy muy torero, pero olé», sentenció.
Y sin solución de continuidad el populista dirigente rebajó de repente su tono para asegurar que no está molesto ni con el Rey ni con Zapatero. «Yo no quiero estar chocando con España», pero apuntó a que el Monarca no podía enfadarse por sus palabras. «Yo estaba hablando de historia universal», dijo, rememorando la conquista española. A continuación, en una de sus escasas reflexiones, señaló: «Vi las imágenes y dije: ‘¿Cometí algún error?’. No; la conclusión mía es que no, ellos cometieron varios errores. Me siento feliz. Infeliz (me sentiría) si no lo hubiera hecho», declaró. En todo caso, lamentó que el Rey lo mandara callar porque «un jefe de Estado debe tratar siempre de mantener la compostura». Luego afirmó que no responderá a España a menos que el malestar se manifieste por medio de un documento oficial.
A Rajoy
El presidente venezolano también quiso responder al líder del PP, Mariano Rajoy, quien ayer achacó el incidente a las «amistades peligrosas» de Zapatero. «Yo ando volando. No como las moscas, que se paran en el excremento. No tengo nada que responder al excremento», dijo. Asimismo, reiteró que Aznar «destila fascismo, él se cree el rey del mundo».
En un nuevo giro característico, el mandatario sudamericano mostró su deseo de que las relaciones diplomáticas y comerciales bilaterales no se vean afectadas, y recordó que muchas empresas e instituciones financieras españolas operan en Venezuela. «Yo quisiera que las relaciones siguieran iguales, pero eso dependerá de España», declaró.
Sobre la presunta molestia de la presidenta de Chile por el incidente, Chávez indicó que a él no le han dicho nada. «No tengo ninguna referencia de que se haya molestado y desde el punto de vista racional creo que no hay ninguna razón para que nadie sienta así. Si soy el anfitrión de una cumbre donde se da el debate entre dos gobiernos no tengo por qué molestarme, ella misma lo dijo».
A pesar de que en la mayoría de los países latinoamericanos ayer se pasó de puntillas, al menos a nivel oficial, sobre el enfrentamiento entre la delegación española y Chávez, el convaleciente presidente cubano fue una de las pocas excepciones. Dada sus excelentes relaciones con Chávez salió en defensa de su homólogo venezolano. «La crítica de Chávez a Europa fue demoledora. La Europa que precisamente pretendió dar lecciones de rectoría en esa cumbre», indicó Fidel Castro en una de sus ‘reflexiones’, aunque eludió mencionar al Rey y a Zapatero.
Otro de los implicados en la polémica, el nicaragüense Daniel Ortega, salió a la palestra en Managua, pero únicamente para descartar que los «debates internos» como el presenciado en la cumbre chilena pongan en riesgo las relaciones entre Nicaragua y España. Eso sí, Ortega suspendió ayer su visita oficial a Perú después de que Alan García se solidarizara con España. Tomás Borge, otro histórico de la revolución sandinista al frente de la Embajada en Lima, declaró que «no hay ninguna relación con el penoso incidente entre el Rey de España y Venezuela. El Monarca se enojó olvidando tal vez que hace 500 años que nos hemos independizado».
Y en una entrevista publicada ayer por el diario chileno ‘El Mercurio’, el máximo dirigente colombiano, Álvaro Uribe, hizo mención a la gresca de la cumbre sin nombrar a los protagonistas: «Me parece que los debates en los que hay mucho respeto a las personas y mucha fortaleza en las ideas son útiles. Pero se malogran cuando los agravios personales opacan la fortaleza de las ideas».