ETA intenta atentar contra la Ertzaintza con una bomba trampa en Vizcaya
La banda colocó dos artefactos en los juzgados de Guecho, pero sólo avisó del primero de ellos y no lo hizo del segundo, que ocultó en una papelera Los agentes localizaron la carga explosiva tras analizar las cámaras de seguridad
Actualizado:Artificieros de la Ertzaintza desactivaron ayer dos bombas colocadas por la banda terrorista ETA junto a los juzgados de la localidad vizcaína de Guecho. La colocación del primer artefacto, de cinco kilogramos de cloratita, fue avisado por un comunicante anónimo que dijo hablar en nombre de ETA. La segunda, una bomba trampa de otros tres kilogramos del mismo explosivo -dirigida probablemente contra los agentes-, fue localizada dentro de una papelera cercana tras visionar las cintas de las cámaras de seguridad de la sede judicial. Instituciones y partidos democráticos condenaron los hechos y exigieron la disolución de la banda terrorista.
Fuentes de la Consejería vasca de Interior confirmaron que un comunicante anónimo que dijo hablar en nombre de ETA avisó por teléfono -poco después de las seis de la mañana- al servicio de atención Sos-Deiak de la explosión, en el espacio de media hora, de un bomba en el palacio de justicia de Guecho. La Ertzaintza desplazó varias dotaciones a la zona, la acordonó y comprobó la presencia de una mochila junto a la puerta de acceso principal. En su interior, dentro de una olla, había cinco kilogramos de cloratita con un detonante y un temporizador que no llegaron a estallar por un fallo en el mecanismo de ignición. Los artificieros inutilizaron la carga explosiva y retiraron el artefacto para su análisis por los especialistas.
La labor preventiva de la Ertzaintza no se limitó a la desactivación de la bomba, sino que los agentes analizaron 'in situ' las grabaciones registradas por las cámaras de seguridad de los juzgados y descubrieron que los dos jóvenes que colocaron la bomba junto a la entrada de la sede judicial introdujeron también una bolsa en una papelera cercana. A las dos de la tarde, la policía autonómica amplió el cordón y los perros adiestrados confirmaron las sospechas.
Los artificieros procedieron a abrir la papelera con un robot que provocó al menos cinco pequeñas explosiones antes de desactivar la bomba. La Ertzaintza informó que el artefacto contenía tres kilos de explosivo cloratita y de metralla. El departamento vasco de Interior baraja la hipótesis de que se tratara de una bomba-trampa dirigida a los agentes que se acercaran a desactivar el primer artefacto.
La intentona etarra fue condenada por instituciones y partidos democráticos. El Gobierno vasco dejó claro que la colocación de bombas «no es el camino». Tras visitar los juzgados, el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, preguntó a Batasuna «qué tiene que ver esto con la apuesta política con la que se comprometieron en Anoeta».
Atentado «en toda regla»
Azkarraga destacó la gravedad de lo ocurrido en Guecho, que no fue un atentado de violencia de baja intensidad o 'kale borroka', sino que «estamos ante un atentado en toda regla» que sitúa a ETA como autora y que «no es consecuencia de un conflicto político que tiene este país, sino de la irracionalidad de quienes cada día se alejan más de la exigencia de la sociedad vasca que les pide que abandonen definitivamente estas formas de actuar y la violencia».
El alcalde de Guecho, Imanol Landa, del PNV, señaló que «el hartazgo es absoluto» en su municipio, objeto de varios ataques terroristas en los últimos años, y destacó «el absoluto divorcio entre esta gente, estos salvapatrias que no necesitamos ni en Euskadi ni en Guecho, y la sociedad, que ha dicho una y otra vez por activa y por pasiva a ETA que basta ya, que este no es el camino».
La portavoz del PP en Guecho, Marisa Arrúe, fue la única que no fijó las responsabilidades exclusivas en ETA. «Desde el PP le decimos al Gobierno que tiene que ponerse serio y firme para acabar con el terrorismo».