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Tuvo que llegar Casuco
El Xerez logra la primera victoria de la temporada en Chapín de la manco del nuevo técnico Los azulinos no salen de la zona de descenso pero dejan un fútbol que invita al optimismo
Actualizado: GuardarQué bueno que viniste Juan. No queda otra que agradecer la llegada del nuevo técnico del Xerez Deportivo, pues su aparición ha supuesto muchas cosas, y prácticamente todas buenas: los azulinos lograron su primera victoria como locales tras las primeras once jornadas de sequía -la grada de Chapín ha tenido que soportar cuatro empates y una derrota-; y ahora se hace un fútbol de mucho toque. Al menos se tiene la intención. El balón largo en busca del punta, el juego directo, de momento, se ha quedado como un recurso para Bajic cuando la presión le llega al cuello. Además, Chapín ha vuelto a sonreír, a disfrutar con el juego de sus futbolistas, a gozar con el partido y a emocionarse con los goles. Salvo en los últimos veinticinco minutos, los xerecistas mantuvieron una intensidad altísima de juego, secundada con la tradicional llegada de ocasiones, que esta vez sí encontraron premio. Dos concretamente, que bastaron para sumar los tres primeros puntos como local. Ahora queda la duda de saber si el buen rendimiento ofrecido por el Deportivo es sólo fruto del refranero popular -ya saben, por aquello del impulso del A entrenador nuevo, victoria segura- o realmente la plantilla del Xerez va a comenzar a rendir al nivel que todo su entorno esperaba.
Miguel Ángel Rondán ahora queda en la sombra, en la oscuridad del fondo del palco presidencial. El Capi vivió una situación de euforia parecida tras el partido de Copa ante el Racing de Ferrol. Y fue él mismo el que trató de poner un poco de cordura sabiendo que aquellos 90 minutos eran el resultado de unos jugadores extramotivados por ganarse el puesto, pero aún sin el rodaje necesario. Ahora Miguel Ángel es de los que piensa que el equipo ya está a punto de caramelo. Sólo faltaba la chispa para que la traca azulina ardiera.
Y ese impacto anímico comenzó a nacer en forma de tormenta de oportunidades desde que el colegiado balear pitara el inicio del partido. Ni siquiera hubo chispeo. La lluvia azulina comenzó directamente con un chaparrón de centros desde la derecha. Tanto Pedro Ríos como David de Coz -que no paró de resoplar para subir por su carril- trataron de encontrar desde la banda a una de las torres azulinas. Momo, que buscó el peligro por medio de su punta de velocidad, tuvo que venirse también al flanco derecho para continuar con el goteo de balones al área. Su pase lo bajó Míchel, y tras hacer una pared con Pedro Ríos, abría el marcador de Chapín.
El gol no dejó que el equipo de Tapia cerrara el paraguas, pues el peligro xerecista no escampaba. Los azulinos convertían las promesas de Casuco en una realidad y Chapín disfrutaba con el deseado tiqui-taca, sin juego directo, sin balonazos en largo, sin melonazos. Calificar de jogo bonito las paredes entre Ríos, Míchel o De Coz es exagerado, pero fueron más que suficientes para que Chapín volviera a sonreír.
Mal arbitraje
Con el reloj corriendo hacia el veinte de la primera parte, el Xerez haciendo gozar a su afición y el Granada 74 sin enterarse de que el partido no sólo había empezado, sino que ya tenían el marcador en contra, el colegiado se encargó de activar al equipo dirigido por Antonio Tapia. Rodado Rodríguez señaló el punto de penalti tras una presunta mano de Mendoza dentro del área. El jerezano, además, vio la quinta cartulina amarilla por lo que tendrá que cumplir un partido de sanción -salvo que se recurra con éxito la tarjeta-. La pena fue máxima pues desde el punto de penalti, obviamente, Luque no estaba dispuesto a fallar. El zurdo sevillano engañó por completo a Porato.
Pero los azulinos no estaban dispuestos a dejar pasar otra jornada más sin lograr el primer triunfo en Chapín, por lo que mantuvieron el nivel de intensidad, de llegadas al área y de ocasiones con peligro. Remates altos de Pedro Ríos y bombeados y a bocajarro dentro del área de Yordi, precedieron a un minuto de oro en el que los xerecistas estuvieron muy cerca de volver a colocarse por delante: Míchel disparó, por dos veces, desde la frontal del área y Pedro Ríos, en su mejor versión, sacó un derechazo, muy cerca de la banda, que hizo temblar la portería tras pegar en la escuadra. Entre tanto, los azulinos reclamaron un posible penalti por mano, tras uno de los disparos de Míchel. Rodado Rodríguez miró hacia otro lado para continuar ganándose el cariño de la grada.
El Granada no sorprendía, su planteamiento no era otro que el anunciado: repliegue atrás, salida a la contra, aprovechar los errores -que apenas llegaban- del Xerez, y sacar petróleo de las jugadas a balón parado. Pero la muralla roja se volvió a derrumbar en el último minuto de la primera parte. Tuvo que ser a base de insistir, pues a Míchel le sacaron un balón de la línea de gol, justo antes de que Yordi lograra el tanto del triunfo. Bajic, que andaba por allí tras un saque de esquina, fue el asistente.
La segunda parte se iniciaba con similares circunstancias: el Xerez atacando, y el Granda sin enterarse que se jugaba tres puntos. Muestra de ello, es que Porato no tuvo que realizar ninguna parada hasta el minuto 60 de juego. Fue entonces cuando Tapia logró sacar a los suyos del letargo. El ritmo impuesto comenzó a pasar factura a unos azulinos que ya no llegaban con tanta alegría ni se replegaban con precisión. Eso fue aprovechado por un Granada que se reservó los principales sustos para los minutos finales. Y es que sobre el noventa Javi Guerra firmó una gran jugada dentro del área que acabó con un mal disparo. Seis minutos después, con el crono por encima del 95, Porato logró sacarse la espina de Carranza con una gran parada que sirvió para no arruinar la tarde. Nuevamente Guerra disparó sin espacio alguno para que Stephan salvara dos puntos y se marchara entre cánticos.
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