ATORADOS. Javi Muñoz intenta salir de la presión sevillista. / FRANCIS JIMÉNEZ
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¿San Fernando?... empate y gracias ante el segundo filial del Sevilla

El Sevilla C dominó con claridad el partido ante unos locales que sólo existieron en defensa; Regino fue evacuado al hospital tras un fuerte golpe en la cabeza

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La afición isleña silbó al equipo en su despedida pero, a pesar de ello, respiró muy aliviada con el final de partido. El San Fernando fue dominado de principio a fin por el Sevilla C y tuvo lo que se dice suerte de no salir derrotado en este choque.

Los azulinos fueron engullidos por la máquina rojilla que tuvo en el debutante Sachetti un pulmón incansable y el faro que alumbró gran parte de su juego. Con ese control y todo, Iván adelantaba a los isleños en la única jugada clara de los locales: Javi Muñoz mete rápido al lateral izquierdo del área de castigo y Merino pone un centro medido a Iván, quién caza el remate de forma inapelable.

Acusó un poco el golpe el Sevilla C, aunque siguió mandando. El equipo de Iriondo mantenía el orden hasta que una jugada despistó a la zaga azulina: en mediocampo Regino choca de cabeza con un rival y cae al suelo. Al levantarse da muestras de conmoción y de pérdida absoluta de la estabilidad. Tambaleándose, sus compañeros le evacuan al lateral. La preocupación es máxima durante unos instantes: no hay ambulancia en el estadio y Regino muestra señales evidentes de necesidad médica. El juego se reanuda y poco después, en la frontal, Barranco lanza un fuerte tiro que rechaza Raúl Iglesias. La defensa se queda estática y Mohamed, llegando desde atrás, engancha a las mallas. Es el empate.

Regino termina siendo evacuado al hospital de la capital. Al cierre de esta edición, su pronóstico había mejorado pues las primeras exploraciones no detectaban anomalía alguna. Sin embargo, restaba aún que se le practicara un TAC para descartar lesiones neurológicas.

Moke, espiado por Monchi

De ahí al final, el dominio siguió siendo claramente de color rojo. Los azules apenas salían de sus trincheras. Los artilleros sevillanos mostraron poca puntería, y Raúl Iglesias y la defensa hizo el resto para no encajar un gol que bastantes veces la grada temió que llegaría pronto. La más clara fue el error de Iván que regaló a Winde un balón de oro en una cesión, salvando los muebles el meta vasco, en el minuto 61. Al S. Fernando -a Iriondo, para ser más concreto- le sobró muchos minutos de un Moke nulo sobre el campo y le faltó que Casares entrara antes. Precisamente Moke estaba siendo espiado desde la grada por orden de el director deportivo sevillista Monchi. El informe que a esta hora tiene sobre su mesa incluye una nota numérica con un cero tan redondo como un coso taurino. El franco-africano lleva jornadas viviendo de las rentas de un par o trío de estéticos regates.