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El crecimiento urbanístico de los municipios integra y absorbe los barrios marginales
La situación de la barriada de José Antonio, en El Puerto, se extiende a otras zonas cercanas de la ciudad Las localidades de la Sierra denuncian que reciben la llegada de personas problemáticas de barrios sevillanos
Actualizado: GuardarLa situación en la provincia, en cuanto a barrios marginales se refiere, ha mejorado de forma notable en el plazo de una década. El crecimiento urbano ha absorbido y, en la mayor parte de los casos, integrado a las zonas marginales. Tal es el caso del Cerro del Moro en Cádiz o de La Ardila en San Fernando. La cara opuesta de la moneda es la barriada de José Antonio, en El Puerto, donde la situación no hace sino empeorar.
CÁDIZ
Soterrar la marginación
En Cádiz no existen núcleos marginales y quizás nunca los hubo, excepto algunas bolsas de marginalidad que existían en barrios como Cerro del Moro, Guillén Moreno o Santa María, fundamentalmente provocados por la falta de recursos de las familias y por la lacra de la droga. Sin embargo, eso ya es tiempo pasado. Apenas queda algún que otro reducto en la ciudad. La desaparición de la vía del tren fue un paso fundamental para abrir los barrios del otro lado de la vía -los menos adinerados entonces- a la ciudad y el proceso de rehabilitación de viviendas acompañó a la hora de dar un cambio a algunos barrios, como es el caso de Santa María. Además, la reducida superficie de Cádiz capital, con apenas diez kilómetros cuadrados, supone que sea prácticamente imposible la existencia de barrios marginales. Además, todo está estrechamente unido. Apenas hay dos pasos entre barrios históricamente de obreros, como San Severiano, con otros de residencia habitual de las clases altas, como Bahía Blanca. Aún así, existen aún familias que recurren a los Servicios Sociales para poder cubrir sus gastos domésticos, como la alimentación, la luz y el agua, lo que significa que, aunque dispersas, hay personas que sufren de este modo la marginalidad.
JEREZ
Peligro en la Zona Norte
El barrio más conflictivo de Jerez se encuentra en la actualidad en la zona norte de la ciudad y se localiza en un sector concreto del Polígono de San Benito conocido como las casitas bajas. Durante las décadas de los 80 y 90 esta barriada jerezana fue ocupada en buena parte por clanes de narcotraficantes que se asentaron en Jerez. Aunque el número de traficantes ha descendido notablemente, el barrio sigue siendo un lugar habitual de redadas policiales. Muy cerca está la carretera del Calvario también se han dado casos de narcotráfico. En la zona sur de Jerez, el enclave más problemático se encuentra en el barrio de Cerrofruto. Este mismo viernes, la Policía desarrolló allí una operación que concluyó con la detención de 12 personas pertenecientes a una organización dedicada a la venta de droga. Pese a todo, en estos barrios también hay una gran cantidad de familias de vida honrada, por lo que ninguno de ellos ha sido considerado nunca como un gueto.
SAN FERNANDO
Reforma de la Ardila
En los últimos años la marginalidad ha abandonado las calles de San Fernando. El barrio de La Ardila, antes auténtico foco de marginalidad, se ha integrado en una década en la ciudad con normalidad. En la actualidad, La Ardila, a pasado de ser una zona casi incomunicada y rodeada de solares a ser uno de los barrios más grandes de la ciudad con 816 viviendas y alrededor de 2.500 personas residiendo en él. Está situado en uno de los mejores enclaves de la ciudad al encontrarse en las cercanías de los Hornos Púnicos. No obstante, Antonio Tirado, presidente de Los Molinos, una de las asociaciones vecinales de este barrio, se muestra convencido de que «hay que seguir luchando». Otra zona de la ciudad que ha experimentado una enorme mejora con el paso de los años ha sido la de Buen Pastor, aunque sus vecinos se sientan «marginados» por la falta de infraestructuras de la Comunidad en esta zona.
CHICLANA
Carabina y Solagitas
Si se habla de barrios marginales en Chiclana,el barrio de Solagitas siempre ha estado vinculado a la venta de droga, a la delincuencia y la precariedad. Sin embargo, sus vecinos apelan a todo lo contrario, argumentado que eso es más la «fama» que tiene el barrio que a la realidad diaria. «Yo vivo aquí hace doce años y la situación es la misma que en otras zonas. Mi madre reside en Fuenteamarga y a veces creo que eso aquella barriada es peor», dice Toñi Leal, vecina del barrio, argumentado que lo único que falta en Solagitas es dinero en los bolsillos de sus residentes. «Echamos de menos más seguridad por las calles», apostilla otro vecino. Otra de sus reivindicaciones es mayor vigilancia o la colocación de badenes en la calle, ya que los vehículos pasan a gran velocidad.
En las inmediaciones de Solagitas está, también Carabina, donde la mayoría de las viviendas son protegidas y en ellas residen familias jóvenes. Aunque el Ayuntamiento ha hecho un gran esfuerzo por eliminar la infravivienda, todavía se puede observar algunas casas autoconstruidas en las inmediaciones de la cañada de Los Barrancos y en el Fontanal en muy malas condiciones.
PUERTO REAL
Crecimiento integrador
La expansión de la localidad ha propiciado la extinción e integración de las barriadas marginadas. El crecimiento de la ciudad en todas las direcciones ha integrado a barriadas como las 512 viviendas o los bloques de pisos frente al instituto Antonio Muro junto a Casines. Hace más de diez años las 512 viviendas era una barriada descuidada, un foco de delincuencia y drogadicción que ahora ya se ha erradicado. Pero aún queda mucho por hacer, son muy recientes las reyertas en el interior de los conocidos como pisos blancos situados en la trasera de la barriada de Ciudad Jardín y el inicio de Casines.
COSTA NOROESTE
La sombra del Almendral
Las zonas marginales de la Costa Noroeste están desapareciendo paulatinamente gracias a la intervención de las distintas administraciones. Es el caso de la barriada El Almendral de Sanlúcar donde noventa familias humildes vivían desde hacía quince años en condiciones infrahumanas en unos pisos prefabricados que se crearon en 1990 para acoger temporalmente a personas necesitadas o afectadas por las inundaciones que en esa fecha asolaron a Sanlúcar. En el caso de Rota, el Consistorio ya eliminó hace unos años el conjunto de pisos conocido como Bloque Blanco, donde se concentraba un gran número de familias marginales y donde tenían lugar continuos altercados. Muchas de estas familias fueron realojadas en viviendas en régimen del alquiler para facilitar su reinserción social. Actualmente, los pisos de la calle Virgen de las Nieves, donde hace dos años se fallecieron un joven y su hija en un incendio por un ajuste de cuentas presuntamente relacionado con la venta de drogas, continúa siendo un foco de marginalidad de la localidad.
EL PUERTO
La oveja negra
Las barriadas marginales del municipio son José Antonio y Los Milagros. Al mismo tiempo, existen una serie de barriadas que se encuentran en un nivel incipiente como La Vid, La Inmaculada o Los Madrileños. José Antonio se encuentra en una situación extrema. Un barrio de cinco calles alberga más de treinta puntos de venta de droga y a una población itinerante de cincuenta toxicómanos que han fijado su residencia en sus calles y descampados. A pesar de las múltiples campañas que ha llevado a cabo el Cuerpo Nacional de Policía en este barrio, la situación no ha mejorado. El cerco policial sólo sirve para erradicar el trapicheo mientas dura la operación. La situación en Los Milagros no es tan amarga, ya que se trata de un barrio mucho mayor con un menor número de traficantes. La cifra oficial es de quince puntos de venta.
SIERRA
Éxodo de Sevilla
Unos de los barrios con mayores problemas en la Sierra siempre han sido el de Juan Carlos I y las Malvinas, en Arcos. Otra de las barriadas con grandes problemas en la comarca es la del Poyetón, en Ubrique. La mayoría de los vecinos se muestran esperanzados en que «las administraciones se pongan las pilas para regenerar el barrio». En poblaciones con menor número de habitantes, caso de Puerto Serrano y Algodonales entre otras, se está dando una tendencia que preocupa a los vecinos de ambos municipios, como es que vecinos provenientes de barrios marginales de Sevilla se están instalando en estas pequeñas poblaciones serranas.