El avión
TVE 1 prolongó el viernes su Telediario de la noche para ofrecer en directo la llegada a España de los pilotos presos en Chad, ya sabe usted, ese lío de la ONG raptaniños, el avión español y el rescate de azafatas por Sarkozy Volador. La prolongación se convirtió, de hecho, en un largo especial informativo que tuvo, eso sí, el mérito de mantener ante TVE 1 a la audiencia del Telediario. Pero, con todo, a uno le da la impresión de que a la pública se le ha ido la mano. Veamos. Nadie discutirá que el retorno a España de los pilotos presos en Chad es un argumento noticioso notable. Algo más discutible es que el primer canal público pergeñara nada menos que un especial informativo para cubrir el acontecimiento: en los últimos años ha habido numerosos sucesos de importancia igual o incluso mayor que no han merecido tantos honores. Nadie discutirá tampoco -y hacerlo sería ingenuo, si no sospechoso- que en la relevante cobertura dispensada por Televisión Española al asunto debe de haber influido mucho el que la vicepresidenta del Gobierno acudiera a pie de pista a recibir a los repatriados, con abundante despliegue gubernamental y evidente aprovechamiento político. Esto puede parecer abusivo, pero no es pecado o, al menos, no demasiado grave. Después de todo, ¿era noticia o no? Sí, lo era, luego poco más hay que decir; en TVE pasan cosas bastante más censurables que este episodio.
Actualizado: GuardarAhora bien, decía que a TVE se le ha ido la mano, y aquí está lo reprobable de la cobertura televisiva del argumento. ¿Por qué se le ha ido la mano? Pues porque aquello parecía la gala de proclamación del ganador de 'Operación Triunfo' o de 'Gran hermano'. Ahí teníamos, destacadas en escenarios previstos con llamativa antelación, a las reporteras de TVE ofreciéndonos en vivo la emotiva alegría de los amigos de los protagonistas. Para la historia quedará la intervención de una exultante reportera enviada a una falla (peña) de Benicalap, donde una multitud de supuestos amigos del piloto -mujeres, ancianos, niños de pecho- se apiñaba ante el televisor para expresar su júbilo. Tal y como lo explicó la reportera, el espectador entendía que el piloto no iba a Benicalap sino de Pascuas a Ramos, pero nada de eso era óbice para que la muchedumbre le expresara su apoyo. Reía la reportera y, en el estudio de Torrespaña, reía también el presentador, David Cantero, con el mismo gesto que componen los periodistas de España directo.
Mientras tanto, en la pista de Madrid, los ganadores, digo los repatriados, comparecían bien pegaditos a la Milá, digo a la vicepresidenta, que no se privaba de pasar una mano por el lomo al piloto ganador como para transmitirle afecto y cariño. Lo dicho: que en la puesta en escena se les ha ido la mano.