TRES MIL AÑOS Y UN DÍA

Los andalucistas, Izquierda Unida, Elizabeth Taylor y Richard Burton

Los vientos corren a favor de que las direcciones del PA y del PSA retomen esta semana, «sin condiciones previas» como exigían los primeros, la negociación para que las fuerzas andalucistas puedan concurrir juntas a las próximas elecciones. El pasado jueves, los de Julián Álvarez rompían el diálogo al exigir los de Pedro Pacheco la disolución de ambas fuerzas políticas. Lo que está en juego es la creación de un bloque electoral ante las pésimas previsiones de voto que afligen al andalucismo o bien la refundación de sus actuales partidos en uno solo que tal vez contaría también con el respaldo de un sector de Los Verdes, la CUT que podría desligarse de Izquierda Unida si Juan Manuel Sánchez-Gordillo no encabezara finalmente la lista por Sevilla, y otros partidos minoritarios como Izquierda Andaluza, Convergencia Andaluza, Liberación Andaluza y Asamblea Nacional Andaluza.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Quizá la solución salomónica estribe en que tan sólo haya listas conjuntas y sólo después del 9 de marzo se plantearía la viabilidad de volver a cabalgar juntos bajo unas mismas siglas bajo cuyo paraguas también podrían caber figuras más o menos históricas de la política andaluza.

Esta iniciativa parte de dos reuniones claves, la que el pasado verano mantuvieron en Antequera los cabezas de lista del PSA con el Consejo Nacional de dicha formación, así como la puesta de largo del Sindicato Andaluz de Trabajadores, celebrada el pasado 23 de septiembre y en la que se vieron las caras diversos dirigentes del PA, PSA y CUT, así como de Los Verdes. Ahora, todo parece en tenguerengue pero hay muchas voces que apuestan por la unidad, a pesar que dentro del PSA hay un sector que emigraría al PSOE si no prosperase un acuerdo con el PA y a pesar de que la posición de la CUT parece supeditada ahora al futuro electoral del alcalde de Marinaleda dentro de las colación izquierdista.

En el PA de la provincia de Cádiz, no parece que reine el entusiasmo ante esta aparente reedición de un matrimonio de conveniencia que ya les deparó quebraderos de cabeza en el pasado. La ejecutiva provincial se reunió de urgencia en cuantito trascendió la noticia pero lo único que han dicho sus portavoces es que su militancia será disciplinada. Tanto como su secretario provincial Alfonso Andrades, quien ya en su día cerró filas con Álvarez, a pesar de que fuera uno de sus principales adversarios en el pasado. La circunscripción gaditana es uno de los tradicionales graneros de voto andalucista y no sólo en Jerez y en San Fernando pintan bastos internos: ¿qué ocurrirá en Algeciras, por ejemplo, donde a las últimas municipales concurrieron cuatro candidaturas distintas que se decían representantes del andalucismo?

Manuel Chaves ha hecho votos porque el PA resurja de sus cenizas. Y los líderes del PP también aplauden, al menos con la boca chica, que los andalucistas hagan piña. En cualquier caso y con independencia de que el naufragio andalucista arroje algunos votos extra a sus respectivos capachos electorales, el PA siempre fue más cómodo a la hora del pacto que IU. Quizá por ello desde esta coalición no se vea con tan buenos ojos el conato de reunificación nacionalista en Andalucía: su parlamentario Antonio Romero ha llegado a calificar los rifirrafes internos entre PA y PSA como las peleas matrimoniales entre Richard Burton y Elizabeth Taylor, que no tuvieron buen fin.

Claro que en Izquierda Unida tampoco las aguas fluyen mansas, especialmente en Sevilla. Las asambleas proseguirán hasta fin de mes y hasta la autonómica no se conocerá la suerte que correrá la candidatura del actual portavoz izquierdista, Diego Valderas. En Cádiz, al menos, el Partido Comunista de Andalucía y el resto de los integrantes de IU no se tiran los trastos a la cabeza: a finales de octubre, el secretario provincial del primero, Javier Mohedano, y el coordinador provincial de la coalición, Antonio Roldán firmaron una declaración conjunta a fin de «de poner cordura y sentido común en el importante y apasionante momento que vive nuestra organización». Se trataría de que, en las elecciones primarias que dicha formación vive a escala estatal para designar si Gaspar Llamazares o Marga Sanz serán candidatos a la presidencia del Gobierno, ninguno de los dos haga campaña por ninguno de los candidatos y animan al resto de la militancia a que «eviten declaraciones que puedan debilitar a nuestra organización a pocos meses de una doble convocatoria electoral clave». Se intentaría demostrar «que Cádiz es distinta y que aquí lo político no se confunde con lo visceral, la confrontación de distintas concepciones de lo que ha de ser IU no va en detrimento de la camaradería».