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POLÉMICO. Chávez abandona la cumbre. / EFE
MUNDO

Zapatero pide que sea la «última vez» que se emplean descalificaciones

El jefe de Gobierno exige respeto para una persona que fue elegido en su día por «la voluntad popular»

AGENCIAS
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José Luis Rodríguez Zapatero tuvo una despedida agria de Chile. El presidente del Gobierno tuvo que salir al paso de las reiteradas acusaciones del venezonalo Hugo Chávez al ex jefe de Gobierno José María Aznar. «Espero que sea la última vez que en una Cumbre Iberoamericana alguno de los asistentes emplea descalificaciones como las utilizadas por el presidente venezolano», espetó el líder socialista.

En una declaración a los medios de comunicación antes de emprender viaje a Argentina, el presidente Rodríguez Zapatero consideró «absolutamente inapropiado y no aceptable» el modo en el que ayer volvió a expresarse el mandatario bolivariano hacia una persona, Aznar, que en su día tuvo una responsabilidad «fruto de la voluntad popular».

El presidente español volvió a exigir «respeto», aunque se tengan las ideas más dispares, porque, subrayó, «respetar las instituciones es respetar a los ciudadanos y a la comunidad iberoamericana». Seguidamente, remarcó que España «siempre ha respetado, respeta y respetará a todos los gobiernos elegidos democráticamente». «Y así vamos a exigir que se funcione», agregó.

Reacciones

La polémica no resultó ajena al resto de dirigentes latinoamericanos. El vicepresidente cubano, Carlos Lage, se apresuró a apoyar a Hugo Chávez, del que dijo «tiene derecho a defenderse», pues consideró que José María Aznar «también ha atacado la dignidad de Venezuela con epítetos y expresiones más graves». En su intervención en el plenario, el representante del régimen de Fidel Castro señaló que no debería interpretarse «el derecho de Venezuela a defenderse como un ataque al Rey o al Gobierno de España o al pueblo español».

La presidenta chilena, Michelle Bachelet, restó importancia al choque verbal entre los dirigentes venezolano y españoles. «No hay que dramatizar», atemperó la anfitriona de la cumbre iberoamericana, que consideró que no es bueno cuando alguien «se puede sentir ofendido, pero todos somos adultos».