El genio excesivo
Autor de brillante y prolífica escritura, Mailer fue al mismo tiempo un mujeriego impenitente y un ejemplar hombre de familia
Actualizado: GuardarNorman Mailer fue por encima de todo un hombre excesivo. Excesivo en su genialidad creativa, en su calidad y en su producción literaria, pero también en su actitud vital o en su realidad existencial. Algo evidente en toda su biografía, ya que en ella se retrata a un personaje de brillante escritura en novela, ensayo, artículo o guión cinematográfico, aunque también a un controvertido ser que fue al mismo tiempo bebedor empedernido, mujeriego impenitente, hombre de familia ejemplar, aficionado a las drogas, pacifista recalcitrante, anti-feminista reconocido, irascible, vociferante, contradictorio y hasta maltratador y violento.
Producto de la clásica familia judía americana, su niñez discurrió como la de otros grandes escritores de su generación, al compás de la Gran Depresión americana del 29 y de la posterior reconstrucción surgida con el New Deal de Roosvelt. A los 16 años ingresó en Harvard, donde ya comenzó a demostrar su indudable talento literario y su carácter combativo. Durante la II Guerra Mundial luchó en el Pacífico, aunque terminó como cocinero en el Japón ocupado. Su experiencia en el ejército le sirvió para escribir su primera novela de éxito, Los desnudos y los muertos (1948), de la que vendió 200.000 copias. Ese fue el inicio de una fulgurante carrera y, probablemente, el principio de una actitud anti-bélica que le llevó no solo a escribir ensayos sobre el tema, sino también a secundar marchas pacifistas o a sufrir algún que otro arresto.
Pero la personalidad controvertida y su intelectualidad combativa también tuvieron otras causas u otros foros de expresión. Por ejemplo The Village Voice, la revista-periódico que fundó en compañía de un amigo, donde expresó su estilo descarnado, poético, metafísico, existencialista en ocasiones y, por supuesto, siempre influido por las drogas. También controvertida fue la tesis de su ensayo El negro blanco (1957), donde achacaba la violencia a un acto existencial, al referirse al asesinato de un tendero blanco cometido por dos jóvenes negros. Poco después se produjo uno de los grandes escándalos de su vida, al apuñalar borracho con un cuchillo a su segunda mujer en la noche que anunciaba su candidatura a la alcaldía de Nueva York. Tal vez en ello influyó su difícil y apasionado carácter, pero también su extraña y contradictoria relación con las mujeres. Tan extraña y contradictoria, desde luego, como para combatir intelectualmente al feminismo y al control de natalidad, al mismo tiempo que se casaba seis veces, una de ellas con matrimonio y divorcio en solo dos días.
En su excelente trabajo como articulista y ensayista se reflejan los grandes debates de la historia americana en los últimos cincuenta años. De hecho, en Esquire, Harper's o Life, Norman Mailer escribió con pasión y compromiso sus posicionamientos sobre el papel militar de su país, la guerra fría, el asesinato de Kennedy o la pena de muerte.
Controvertidas pero no menos leídas fueron sus novelas y obras biográficas sobre Marilyn Monroe, Picasso y Hitler, su ficción sobre la CIA o su tratamiento de Jesucristo en la obra El Evangelio según el hijo. Otra anécdota que da cuenta de su carácter excesivo es el mordisco en la oreja que le propino al actor Rip Torn durante el rodaje de la película de bajo presupuesto Maidstone. Un mordisco que motivó el consiguiente martillazo contra Mailer del agredido.