
Estela Zatania retrata en un libro la magia del cante en los cortijos
La investigadora presenta en 'Flamencos de Gañanía' un intenso trabajo de campo que se completa con más de veinte entrevistas históricas
Actualizado: GuardarLa edición de este interesante trabajo parte de dos fundamentos. Por un lado, la inquietud de la estadounidense Estela Zatania, su autora, por todo lo que huela a flamenco y, por otro, la más que inestimable colaboración de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía a los proyectos de investigación musical, que premia propuestas como la presente. La intención inicial, notablemente lograda por la autora, se situó en analizar a fondo cómo se manifestaba el flamenco en los cortijos andaluces de la baja Andalucía, como así reza el subtítulo del libro. Hay muchos testimonios, de personas todavía vivas, que aún relatan cómo en aquellas habitaciones grandes y rectangulares, las gañanías, se descansaba tras las duras faenas de sol a sol y se convertían en escenarios privilegiados de espontáneas fiestas flamencas.
Como bien afirma su autora, «antes de la globalización del flamenco, en los patios de vecinos, tabancos y cortijos de Andalucía, el cante y el baile al compás de los palos tradicionales se practicaban como herencia familiar en la intimidad de la familia o barrio». La extrema pobreza que reinó en España después de la Guerra Civil, impulsó a cientos de familias enteras a buscar el pan de cada día en los cortijos de la campiña. El foco se centra en Jerez, Lebrija y Utrera, el corazón del llamado triángulo de cante en Andalucía occidental.
El libro ha sido publicado por Ediciones Giralda con una cuidada edición e inéditas fotografías que la autora ha ido rescatando del olvido. Su prólogo ha sido escrito por el flamencólogo José Manuel Gamboa con el título Los últimos de la fiesta, un trabajo de campo, nunca mejor dicho, en el que destaca el paisaje nítido dibujado por la autora, así como su laboriosidad en el tratamiento de la investigación.
Tras una introducción geográfica y humana por la campiña del Guadalquivir, Estela indica cómo en los cortijos se produjo una magnífica transmisión de los cantes, con sus mezclas e inter influencias debidas a las largas convivencias de temporada agrícola, así como la creación de un cuerpo de letras asociados a dicha actividad. Como parte fundamental, se añaden un extenso rosario de testimonios de personas que estuvieron presentes en las gañanías y que se encargan de retratar con exactitud lo vivido en viñas y cortijos con relación al flamenco. Una obra más que recomendable para expertos y aficionados.
Estela Zatania nace en Nueva York y ya, con once años, se aficiona a la guitarra y comienza a tomar clases con Mario Escudero al mismo tiempo que empieza sus pinitos con el cante de la mano del Chaqueta. Con la compañía de José Greco estuvo trabajando por todo el continente americano hasta establecerse definitivamente en España, allá por 1970 donde sigue trabajando en algunos tablaos. Al margen de esta actividad artística, Estela Zatania, inicia una actividad de crítica flamenca en 2002, publicando artículos en la revista electrónica Deflamenco. En 2003, recibe una beca de investigación de la Consejería para estudiar el flamenco en los cortijos andaluces, de la que a la postre es fruto el trabajo que hoy les presentamos. Es contertulia de Los Caminos del Cante.