TRADICIÓN. Los copejeadores suben las piezas a pulso.
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Las toneladas de la discordia

Las almadrabas españolas quieren que el atún que no se ha pescado este año se sume a las cuotas del próximo

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La cuota de pesca de atún rojo establecida por la Unión Europea el pasado año fue de 5.568 toneladas, de las cuales sólo se capturaron 5.418. De esta manera, España pescó 150 toneladas menos del límite, de manera que las autoridades españolas han solicitado que esa cantidad se sume a las cuotas previstas para el próximo año. De momento se ha conseguido un compromiso de compensación por parte de Bruselas, aunque habrá que esperar algunos meses para que se den datos concretos.

Este hecho viene a corroborar los problemas que en los últimos años está sufriendo el sector almadrabero y que comenzaron con la pesca indiscriminada de atunes en el Atlántico cuando aún no han vivido el tiempo suficiente como para desovar, capturando ejemplares de 50 o 60 kilos de peso que podrían alcanzar los 250 o 300 kilogramos. La mayoría de estos barcos operan con bandera de conveniencia, en muchos casos de países suramericanos, y el mercado asiático es su destino.

Además de las dificultades referidas, varios países de la Unión Europea no están respetando las cuotas que se les asigna, dejando menos ejemplares para posteriores campañas. En este sentido, el Gobierno español ha solicitado a Bruselas que, al igual que se pretende sumar las capturas no realizadas, deben ser restadas de los límites del próximo año los ejemplares en que se han excedido aquellos países que incumplieron la pasada campaña.

Para evitar esta situación, se están investigando diferentes formas de conseguir criar ejemplares de atún rojo en cautividad a través de piscinas instaladas en mar abierto, de manera que los animales pudiesen desarrollarse en las condiciones más naturales posibles, pero parece que no será tarea fácil. Si no se solucionan los problemas actuales, es más que probable que la pesca de atún rojo en el Estrecho de Gibraltar por medio de almadraba sufra un importante revés en los próximos años, disminuyendo el número de capturas de forma progresiva. Asimismo, las empresas que viven de la elaboración de los productos provenientes de este atún están buscando alternativas que les permita continuar la tradición en la elaboración de salazones y conservas sin perder su sello de identidad.

Francia, que este año ha capturado casi el doble de toneladas que le permitía la Unión Europea, y Japón se han convertido en dos de los países que más inquietan al sector por sus ansias de captura y su falta de interés en la protección de las especies. No hay que olvidar que el atún rojo se encuentra en la lista de las especies en peligro de extinción. Desde la UE se ha insistido en que la única manera de recuperar la población de túnidos en el futuro pasa por respetar la legislación vigente que, una vez que los barcos se encuentran en aguas internacionales, desoyen cometiendo un grave delito ecológico.