Una juventud más solidaria y madura, pero peor formada y menos activa
Uno de los responsables de la elaboración del estudio del Grupo de Desarrollo Rural, Ramón Barrera, hizo hincapié en las debilidades y fortalezas del colectivo analizado, es decir, los jóvenes rurales. Si se incide primero en lo malo, es decir, en las debilidades, salen a relucir la escasa cultura social participativa, el desinterés por la formación frente a la cultura del dinero rápido, el poco aprovechamiento de los medios y recursos a su disposición, el escaso espíritu emprendedor o la falta de valores, entre otros.
Actualizado:Frente a ello, las fortalezas son la fuerza y creatividad de la juventud, la capacidad de adaptación, la madurez de la juventud rural (derivada de su necesidad de estudiar y trabajar fuera y por su acceso al empleo a edades más tempranas), la tolerancia y percepción más liberal ante las nuevas realidades sociales, el carácter solidario y la valoración que hacen de su tiempo de ocio, al que conceden mucha importancia.
Como conclusión, la educación en valores, la mejora de la calidad del empleo, la promoción de la cultura emprendedora y la mejora de la cualificación son las principales propuestas tras el diagnóstico elaborado.
En relación con el estudio, el propio Ramón Barrera hizo hincapié en que «para su realización se han extraido datos de fuentes oficiales, pero también se ha contado con herramientas propias», como las numerosas entrevistas realizadas a los jóvenes.
Por último, el delegado de Juventud, Juan Salguero, señaló que el documento «será de utilidad para los fines y trabajo de nuestra Delegación».