Chávez y la tensión entre Argentina y Uruguay eclipsan la Cumbre
El presidente venezolano llama 'fascista' a Aznar y arremete contra los empresarios españoles
SANTIAGO DE CHILE Actualizado: GuardarEl conflicto entre Argentina y Uruguay por una papelera y una acalorada discusión entre los mandatarios presentes en la XVII Cumbre Iberoamenricana, de la que se han ofrecido imágenes pero no el sonido, han desplazado del debate a la "cohesión social" como asunto central de la cita en Santiago de Chile. El protagonismo también se lo ha llevado el venezolano Hugo Chávez con sus habituales ataques, llamó 'fascista' a Aznar, y el boliviano Evo Morales, que prefirió jugar al fútbol con unos amigos en vez de acudir a la cena de gala.
La primera sesión de trabajo de los jefes de Estado y de Gobierno de los países iberoamericanos ha estado marcada por el agravamiento de las diferencias que los vecinos del Río de la Plata arrastran desde hace más de dos años por la construcción de una papelera de la firma Botnia en la costa oriental del fronterizo río Uruguay.
El presidente argentino, Néstor Kirchner, dedicó la mayor parte de su discurso a manifestar su malestar por la decisión de Uruguay de autorizar desde hoy las operaciones de la papelera, que encendió sus máquinas horas antes de la reunión de mandatarios.
Disculpas al Rey
Dijo que, "con dolor", se sentía obligado a pedirle "disculpas" al Rey de España, quien el año pasado, en la cumbre de Montevideo, aceptó el papel de "facilitador" en un conflicto que en los últimos días ha crecido en intensidad.
"No creí que se iba a utilizar esta cumbre" para discutir un asunto por el que "hoy el pueblo argentino se siente mal", declaró Kirchner en su discurso de despedida de estas cumbres, en las que le sustituirá su esposa, Cristina Fernández, a partir del 2008.
El uruguayo Tabaré Vázquez recogió el guante y respondió con un discurso cargado de alusiones e ironías, en el que, sin embargo, se comprometió a seguir "por el camino del diálogo". Pidió que "nada separe" a Argentina y Uruguay, deseó que queden atrás "circunstancias tan desgraciadas" e instó a buscar "el camino del máximo acercamiento, porque con los argentinos más que vecinos somos hermanos".
Pero fue punzante al renovar su queja por los cortes de puentes fronterizos que promueven argentinos contrarios a la papelera y dijo coincidir con Cuba en que "los bloqueos son absolutamente ilegales y un golpe muy fuerte para cualquier comunidad". Más tarde, ordenó desde Santiago el cierre del paso fronterizo en el Puente General San Martín desde el lado uruguayo y también que la Fuerza Aérea establezca una "zona de exclusión" de cinco kilómetros en torno a la planta de Botnia.
Insultos de Chávez desde la tribuna
En los discursos de esa primera sesión, el venezolano Hugo Chávez habló de casi todo lo humano y lo divino, soltó algunas palabras y calificativos fuera de tono y se mostró en desacuerdo con el lema de la cumbre, al decir que prefiere hablar de "justicia social" y no de "cohesión".
En presencia del Rey y del presidente Rodríguez Zapatero, Chávez llamó tres veces "fascista" a José María Aznar y acusó a la patronal española de apoyar el golpe que le derrocó 48 horas en 2002.
Culminada esa sesión, los mandatarios se dirigieron al cerro San Cristóbal, donde inauguraron un "Parque Iberoamericano" y sembraron cada uno un árbol, todos de diferentes especies nativas.
Después de la tradicional foto de familia y un almuerzo, los jefes de Estado y de Gobierno se reunieron en privado para discutir una agenda libre. El debate, que debía durar dos horas y media, se extendió durante poco más de cuatro y fue transmitido por el circuito cerrado de televisión del centro de prensa.
Morales planta a Bachelett en la cena de gala
Aunque no tenía sonido, las imágenes bastaron para sentir la elevada temperatura que alcanzaron las discusiones. Muy exaltados, aunque "mudos", se vio por momentos al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, al brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, al peruano Alan García, al colombiano Álvaro Uribe, al nicaragüense Daniel Ortega y al boliviano Evo Morales.
Sin embargo, el secretario iberoamericano, Enrique Iglesias, le quitó hierro al asunto en una rueda de prensa posterior al debate. Dijo que fue una reunión "intensa y con exposiciones muy importantes", en la que los presidentes se expresaron "con mucha libertad" y en un ambiente de "convivencia dentro de la diversidad".
La inesperada prolongación de ese debate obligó a cancelar una foto oficial previa a una cena que la anfitriona Michelle Bachelet ofreció en el Palacio de la Moneda. En este acto la nota discordante la puso el boliviano Evo Morales, que se ausentó. Prefirió jugar al fútbol con unos amigos.