Los payasos quieren vivir
Actualizado:uando se trata de un espectáculo para niños es fundamental saber que estamos delante de un público en proceso de formación. Los futuros adultos se enfrentarán a las peripecias de la vida de una forma mucho más pura y esto les hace más sensibles a experiencias tan fascinantes como la del teatro o la danza . Los pequeños se encuentran ante una representación de teatro con una mezcla de emociones difíciles de catalogar: expectación, alegría, miedo y sin duda un pequeño grado de escepticismo bullen en su interior para marcar, en él o en ella, un recuerdo que quedará grabado en su memoria y que posiblemente les seduzca de tal forma que termine haciéndoles interesarse más por el mágico mundo de la ficción. El punto a vencer a la hora de la representación es sin duda ese grado de escepticismo que pervive en el interior de todo ser humano y que nos ayuda a valorar si una cosa es o no interesante. Acuario Teatro parece saber todo esto pues su dilatada experiencia en el terreno del teatro para niños le avala. Con una trayectoria de varios montajes, siempre en el género infantil, la compañía malagueña se planta en esta ocasión con una historia llena de música, colorido, baile y humor. ¿Tengo roja la nariz? es una comedia musical que cuenta un día de domingo en la vida de unos vecinos, los de la calle Gumersindo Sinfín, que poco a poco irán conociéndose y que terminarán por hallar que la convivencia puede ser una experiencia aleccionadora en la que aprender sobre la amistad, el respeto, la solidaridad y las ganas de vivir la vida. Este es el punto fuerte del montaje pues nos propone aprender a vivir la vida con la ilusión de cumplir nuestros sueños y con la certeza de saber que siempre habrá alguien en quien apoyarnos y de quien recibir ayuda. Las actuaciones en general son correctas y la construcción de la trama ayuda a proyectar los mensajes que se propone la compañía en una puesta en escena que además de entretenida, sabe aprovechar muy bien los números musicales ganándose así el generoso aplauso de un público agradecido.