Opinion

La necesidad

CALLE PORVERA Las fisiológicas no las metemos en el saco. No cuentan pues sin ese tipo de necesidades simplemente el ser humano no sobreviviría. Según Maslow, para no viajar al otro barrio cualquier individuo requiere un poco de movimiento, respirar aire puro -acción inconsciente, pero no por ello menos necesaria-, alimentación, evacuación -no necesita demasiadas explicaciones-, una temperatura adecuada, descansar de vez en cuando, e incluso sexo -Samuel considera que no sólo es importante para la continuidad de la especie, sino también por la satisfacción personal del ser humano-.

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Tras estas primeras necesidades se encuentran otras tantas referente a la estima, el amor, la autorrealización o la seguridad, pero el debate al que quiero llegar es el siguiente: la necesidad, ¿está o la crean? Personalmente pienso que nos las fabrican, y lo hacen a base de toneladas de publicidad.

Un profesor de Teoría de la Publicidad trató de convencerme de que las necesidades existen por sí solas. Los tochos de publicidad dicen que lo único que hacen es recordarlas, potenciarlas o incentivarlas. Yo hoy me enfrento a los libros, pues occidente se ha convertido en un temerario monstruo de consumición.

¿Cómo se puede explicar que un individuo se levante a las cinco de la mañana para ser el primero en comprar en Área Sur? ¿Acaso no ha sido la publicidad la que le ha creado esa necesidad? El mismo día a una hora similar ocurría algo parecido en Madrid, donde también se inauguraba una nueva tienda de ropa. Mujeres y hombres histéricos cruzando la puerta tras toda una madrugada esperando el pistoletazo de salida.

Lo mismo ocurre con los teléfonos móviles, los GPS, los trescientos pares de zapatos, las tres casas, las treinta camisas... Si no es la publicidad, ¿quién es?