Trío de ases
Robert Redford retoma la batuta y dirige aMeryl Streep y Tom Cruise en un alegato contra las maquinaciones que conducen a la guerra. Cine político de alta graduación
Actualizado: GuardarLa apuesta es firme y la suerte está echada. Tom Cruise, Robert Redford y Meryl Streep han unido sus talentos en una película que pretende causar una gran polémica en Estados Unidos, ganar en los Oscar y, por supuesto, arrasar en las taquillas. Se estrena en 2.000 salas y tiene a la guerra de Afganistán como telón de fondo. Malos tiempos para el Gobierno de George Bush. Como es de esperar, los personajes de Leones por corderos y las situaciones que experimentan enlazan directamente con la crítica situación por la que atraviesa su país, dando pie de forma intencionada a un interesante debate sobre los manejos de EE UU en el campo de la geopolítica.
Esta ambiciosa película, rodada en clave de historias cruzadas, tan de moda últimamente, quiere reflejar el espíritu de filmes políticos como Todos los hombres del presidente, protagonizado por el propio Redford. El actor, que regresa a la dirección siete años después de La leyenda de Bagger Vance, se reserva el papel de un profesor de Ciencias Políticas que quiere convencer a un alumno de que no se aliste en el Ejército, siguiendo el ejemplo de dos compañeros destacados en Afganistán. Allí tiene lugar un incidente militar que un senador republicano (Cruise) quiere ocultar ante una periodista (Streep), a la que acaba por revelar la verdadera persona que se esconde tras su coraza de personaje público.
Leones por corderos ya ha sido saludada por la prensa norteamericana como una de las cintas más potentes de una temporada huérfana de grandes lanzamientos. El proyecto es ambicioso como pocos y cuenta con un trío de ases inigualable. Uno, Cruise, como actor de raza y productor de éxito; el otro, Redford, como actor y cineasta de buen gusto, y Streep, como la actriz oscarizada por excelencia. Todo forma parte de la estrategia impulsada por Cruise para reflotar United Artists, un estudio en horas bajas que el actor de Magnolia (sin duda, su momento culminante como telepredicador con conciencia), un auténtico hacha en los negocios fílmicos, pretende relanzar.
Reencuentro morboso
Su duelo interpretativo con Meryl Streep, una mujer en estado de gracia permanente, es de alta graduación. Y también despierta morbo el reencuentro de la actriz con Robert Redford 22 años después de Memorias de África. A sus 70 años, el protagonista de El golpe necesita un gran éxito después del varapalo que ha supuesto para su imagen Sexo, mentiras y Hollywood.
El estupendo libro de Peter Biskind sobre la decadencia del Festival de Sundance retrata al director de Gente corriente como un interesado hombre de negocios más que como un impulsor del buen cine independiente. Con Leones por corderos, Redford quiere dar un golpe de autoridad y ganar a la banca.