Manjar de diversión
Actualizado: Guardara estado usted alguna vez en un restaurante donde sirvan imaginación y se le despierte el apetito de la risa? Pues ayer estuve allí. Le atienden tres extravagantes personajes: el maitre, un obsesionado por el orden; el chef, todo un creador que le hará contener la respiración con sus ágiles propuestas; y el camarero, un poquito torpe pero entrañable, dispuesto y generoso. Estos tres locos de la escena me invitaron a verles preparar el día a día en su restaurante y reconozco que quedé fascinado por su dedicación, entrega y esmero. Fui testigo de todas las vicisitudes y peripecias para poner en marcha la jornada antes de abrir las puertas a su clientela. Una vez listo todo, y cansados de esperar a los comensales que nunca llegaron, estos ingenuos personajes se quedaron dormidos, y pude compartir también sus sueños y pesadillas viendo cómo uno de ellos se convertía en torero o cómo un pollo rebelde huía de su destino enfrentándose al cocinero cuchillo en pata. Se valieron de técnicas de clown, números circenses, gags, acrobacias, coreográficas, música y canto. Es de agradecer la presencia de verdaderos profesionales en la escena que conocen el oficio del humor y se preocupan por elaborar productos de calidad, pues son éstos los que preparan al buen espectador.