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LA TRES. El monumento a las Tres Edades, en San Andrés, se inauguró en el año 2004.
Jerez

La consecuencia de la edad

El monumento a las Edades del Hombre es uno de los rincones jerezanos más figurativos gracias a la obra de Nuria Guerra

MANUEL SOTELINO
JEREZ Actualizado:

En la plaza San Andrés, que se sepa, ya no hay batallas nocturnas de jóvenes que se dan para el pelo cuando el efecto de la litrona hace de las suyas. Suena a agua y huele a olivo chato, a naranjo en flor cuando llegan los días de la primavera y los cofrades entran en trance. Será que la paz ha llegado a San Andrés desde que la jerezana Nuria Guerra trajera su monumento a Las Edades del Hombre y lo situara junto a un árbol ornamental cargado de bolichas que con su gran copa da sombra a media plaza.

Originalidad

El monumento, inaugurado en el año 2004, destaca por su originalidad. Se trata de tres figuras realizadas en bronce que descansan en pedestales de piedra. Al parecer, destaca de este original monumento los distintos ciclos de la existencia del hombre como individuo. Del trampolín y del juego de la edad más temprana, se pasa a la madurez del hombre que descansa sobre un sustento. Finalmente, llega la edad tercera donde el hombre ya no va donde quiere ir sino donde lo quieren llevar, y esta figuración está significada con un hombre sentado.

Los viandantes que cada día pasan por el lugar ya se han familiarizado con ellos. Antonio comenta que pasa todos los días para dejar a sus hijos en el colegio de los hermanos que está cercano. «La verdad es que jamás me hubiera parado a pensar que se trata de las edades del hombre. Quizá porque yo ya me veo muy cerca del señor que están en el último ciclo de la vida, ahí casi acostado en el apoyo de piedra», sostiene mientras sonríe. Después de darle una vuelta entera al monumento, se escapa calle Caracuel abajo.

De las noches de batallas sólo queda el recuerdo que perdura en San Andrés, ahora que pronto será su festividad y que el mosto en vino se convierte. El monumento de Nuria Guerra quizá logró hacer plantearse a los chicos de la botellona que no por mucho pelear uno va a librarse de tener que pasar por una de las tres edades en las que estamos obligados a pasar. Así que qué más da.