ESPAÑA

«Duela a quien duela, esto es España»

Miembros de las comunidades que conviven en la ciudad, cristianos, musulmanes, judíos, hindúes y gitanos aclaman a los Monarcas

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EL enfado del Gobierno de Marruecos por la visita de don Juan Carlos a Ceuta y Melilla sólo sirvió para acentuar el ansia de sus ciudadanos por marcar distancias con su vecino árabe. «Duela a quien duela, esto es España», rezaba un cartel desplegado en la plaza que acogió el grueso de la celebración. La leyenda resumía el sentir de los allí congregados, que expresaron a las claras su vínculo con España, sus autoridades y símbolos, y su rechazo a que utilice la cercanía con Marruecos o la religión para cuestionarlo.

Las consignas más coreadas fueron «Melilla os quiere, Melilla os adora, que sepa todo el mundo que Melilla es española» y «¿Ole, ole, ole, somos españoles!». La ciudad se engalanó para la ocasión como nunca lo había hecho antes. Cinco kilómetros -uno más que en Ceuta- de tela de color rojo y amarillo fueron desplegados a lo largo del recorrido por el que transitaron los Reyes y cubrieron los balcones de los edificios, cuyos remates, torres y tejados adornados con motivos arabescos testimoniaban la realidad africana de la plaza.

«Melilla es de España y de nadie más», rezaba otra gigantesca pancarta. Para animar la jornada, las autoridades repartieron 15.000 pequeñas banderas de papel y postales con la foto de Don Juan Carlos y Doña Sofía entre todos los asistentes, entre los que se dieron cita miembros de las cinco comunidades que desde hace siglos conviven en paz en la ciudad autónoma: cristianos, musulmanes, judíos sefarditas, hindúes y gitanos.

Los musulmanes fueron los que aportaron más colorido a la celebración. «Juan Carlos Primero, en Melilla te queremos», chillaba una anciana que besaba sin cesar un retrato de los Reyes. Latifa, una joven adolescente tocada con el característico 'hiyab' musulmán, explicaba a su lado que «por mucho que algunos se empeñen en decir lo contrario, Melilla es España». Fátima, otra señora mayor con la cabeza cubierta y una larga túnica, aseguraba que «somos musulmanes y queremos mucho a nuestro Rey».

Muy cerca de allí, un miembro de la comunidad judía recalcó que «los judíos, tenemos la obligación, cuando vemos al Rey, de bendecirlo, por eso toda nuestra comunidad se acercará a bendecir al Rey, pues es una oportunidad que no tenemos siempre».