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La guerra del 11 M

La sentencia del 11 M no ha traído la paz civil. Las lógicas insuficiencias de ésta han reabierto la guerra en términos parecidos a los que precedieron a la masacre. Pero, ¿acaso alguien podía esperar que la sentencia nos alumbrara sobre «toda» la verdad del atentado? Los políticos deberían saber que las investigaciones llegan adonde llegan y que los jueces no pueden sino atenerse a aquéllas. En este sentido, el tribunal ha sido riguroso: ha exculpado a los procesados que lo habían sido como autores intelectuales. De este modo se mantiene la gran incógnita, sigue el misterio, se perpetúa el secreto sobre la mayor masacre terrorista acontecida en España y en Europa. Ni siquiera han podido ser descubiertos todos los autores. Llama la atención que el presidente del Gobierno haya llegado a poner el juicio de Madrid como ejemplo para norteamericanos y británicos. En todo caso en Gran Bretaña y en EE UU los atentados y la actuación de los tribunales no llegaron a romper en dos a sus sociedades como ha sucedido en nuestro caso.

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La ruptura civil que abrió la masacre pudo darse por dos razones. Primero, porque el atentado se dio ya en una sociedad en la que los enfrentamientos desbordaban la normalidad democrática. Si en vísperas de las elecciones de 1904 resultaba difícil imaginar la convivencia poselectoral en términos de normalidad, el aprovechamiento de la masacre para el acorralamiento del gobierno pudo recordar ciertas terribles páginas de nuestra historia. ¿Por qué el comportamiento del Partido Socialista entre los días 11 y 14 de marzo fue tan beligerante con el Gobierno provisional y por qué el posterior a las elecciones siguió culpando de la masacre a Aznar por su política en Irak? En ningún momento Zapatero dejó de acusar al PP cuando él había sido el beneficiado políticamente por la masacre. E incluso ahora, cuatro años después del atentado, la dirección del partido socialista sigue tratando de sacar partido político de aquella tragedia.

Blanco ha llegado a decir que Aznar fue «el autor intelectual del engaño masivo del 11 M», Acebes el «autor material» y Rajoy y Zaplana «los colaboradores necesarios» intelectuales. Si esto lo dice Blanco cuando la masacre le permitió al PSOE llegar al poder tres días más tarde y gracias a ello gobernar todo un mandato, ¿qué no habría dicho y hecho en el caso de que las elecciones hubieran sido ganadas por el PP?