Enoch Powell.
MUNDO

La sangre llega de nuevo al río

Nigel Hastilow, candidato conservador para unas futuras elecciones en una circunscripción del centro de Inglaterra, tuvo que dimitir ayer después de que la BBC y otros medios se hiciesen eco de un artículo en el que afirma que la gente de su circunscripción le dice que «Enoch estaba en lo cierto». Enoch Powell fue, con 25 años, el más joven profesor de griego en las universidades del imperio y la única persona que pasó en la Segunda Guerra Mundial de soldado a general de brigada. Dimitió del Gobierno de Harold Macmillan en 1958 y fue expulsado del Gabinete en la Sombra de Edward Heath diez años después.

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Powell ha influido sobre los 'tories' en el último medio siglo. Se adelantó veinte años en pedir la privatización de las empresas públicas, defendió el monetarismo mucho más tarde abrazado por Margaret Thatcher y pronunció el discurso de 'los ríos de sangre'.

En abril de 1968, el erudito conservador -hablaba doce idiomas- pronunció en Birmingham, cerca de la circunscripción de Hastilow, un discurso en el que pidió el cese inmediato de la política de acogida de inmigrantes procedentes de la Commonwealth, que había sustituido al imperio como una agrupación de las viejas colonias.

Y al advertir sobre los riesgos que acarreaba la entrada de inmigrantes evocó la profecía de Sibila en la 'Eneida' de Virgilio cuando Eneas parte hacia Italia para levantar una nueva Troya. «Cuando miro al futuro -dijo Powell en Birmingham- me asalta el temor, como al romano, y veo el río Tíber rebosante de sangre».

Edward Heath le expulsó del gabinete en la sombra mientras se discutía en el Parlamento la Ley de Relaciones Raciales contra la discriminación. Mil estibadores portuarios del este de Londres y cuatrocientos empleados del mercado de abastos, se manifestaron en Westminster en favor de Powell.

Treinta años después

Una encuesta desveló que el 74% de los británicos estaba de acuerdo con Powell y, treinta años después, el 62% de los espectadores de un programa de la televisión 'Channel 4' afirmó que el discurso no fue racista. Pero estar de acuerdo con Powell costó ayer su carrera política a un candidato conservador.

Al alinearse con las ideas de Powell, Hastilow y sus interlocutores dañaron la buena impresión que el nuevo líder conservador, David Cameron, causó esta misma semana al presidente del Consejo de la Igualdad y los Derechos Humanos, Trevor Phillips, tras pronunciar un discurso en favor del control de la inmigración.

Cameron afirmó que la cifra de inmigrantes tiene que ser «sustancialmente menor», pero Phillips le elogió diciendo: «Por primera vez en mi vida adulta he oído a un líder conservador esforzándose claramente por borrar el elemento racial del asunto de la inmigración y tratarlo como otra cuestión política y económica».

Tres días después de los parabienes, Hastilow fue convocado con urgencia ayer a la sede central del Partido Conservador y, tras una entrevista con la presidenta del partido, Caroline Spelman, anunció su dimisión.