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La amenaza de un ofensiva turca logra que la guerrilla kurda libere a los ocho soldados que retenía
Erdogan debate hoy con Bush la colaboración de EE UU en una acción militar en el norte iraquí
Actualizado: GuardarLa estrategia turca de amenazar con una gran ofensiva militar en territorio iraquí ha dado sus primeros frutos. Los militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) sienten ya los efectos de la presión internacional sobre las autoridades kurdas del norte de Irak y la liberación ayer por la mañana de los ocho soldados turcos que permanecían en su poder ha sido el primer síntoma que rebaja la tensión. El primer ministro otomano, Tayip Erdogan, viaja a Washington para entrevistarse con el presidente George W. Bush con un expediente repleto de argumentos para que la Casa Blanca no pueda negar la ayuda. Los sectores de orientación más afín al Gobierno de Ankara como el Zaman habían adelantado la liberación de los cautivos en un tono tranquilizador y subrayando que, en efecto, se trataba de un desenlace «que contribuirá a disminuir la presión de la opinión pública a favor de la intervención militar en el norte de Irak». La página web del Ejército también informó formalmente del hecho, diciendo que «los soldados han regresado a sus bases», lo que pone fin a una situación especialmente incómoda para el estamento castrense, que goza de un gran prestigio en la sociedad turca.
Los responsables de la región autónoma del Kurdistán iraquí no han negado haber intervenido para lograr esta liberación, lo que es un reconocimiento también de que tienen algo que ver con las andanzas de los terroristas del PKK. La televisión informó también de que EE UU había desarrollado un papel importante en la liberación, que es una manera de decir que también pueden hacer algo para limitar sus movimientos en el futuro como exigen los turcos.
Ayer, los caminos que conducen a las montañas de Qandil, donde se ocultan en la zona fronteriza los campamentos del PKK, estaban sellados por los 'peshmerga' y las oficinas de un grupo político afín a los guerrilleros, el Partido de la Sociedad Democrática Kurda, fueron clausuradas en Erbil.
Objetivos claros
Los turcos saben que todas estas medidas pueden ser olvidadas en el futuro, como ya ha pasado antes, y no se hubieran embarcado en semejante órdago si no tuviesen objetivos más claros. Algunos de éstos son los que le mostrará Erdogan a Bush en la entrevista que mantendrán hoy en Washington y de la que dependerá en gran parte la decisión de lanzar o no la temida operación militar.
Ayer los turcos presagiaban ya la llegada del frío -algunos hablaban de que puede nevar esta semana hasta en Estambul-, lo que a efectos reales supondría que la situación militar se congelaría prácticamente hasta la primavera. Turquía quiere que haya orden en el norte de Irak, pero eso es algo que no pueden garantizar ni las propias autoridades de Bagdad. Lo esencial es cortarle las alas al presidente de la región autónoma, Masud Barzani, para evitar que afiance las estructuras de una organización política con poder económico.