De Sevilla a Londres

on las vitolas de traidor, pesetero y poco agradecido ha salido Juande Ramos por la puerta de atrás del Sevilla rumbo a Londres en una operación que le convierte en el segundo técnico mejor pagado del mundo. Se suma, además, a una lista que encabezan Rafa Benítez, Cesc y Torres y que sitúa a las Islas Británicas como un paraíso donde un grupo de españoles están recibiendo un reconocimiento acorde a su categoría y profesionalidad. A fecha de hoy, no he encontrado todavía a nadie capaz de ponerse en el pellejo de nuestro hombre y rechazar una oferta que asegura con creces hasta el bienestar de sus bisnietos; es más, habría que ser muy imbécil para no haber hecho las maletas. Lo demás son ganas de marear la perdiz, teniendo en cuenta que en el fútbol todo se hace por la pasta. El Tottenham se ha limitado a tirar de talonario y ponerle a Juande en bandeja de plata lo que en pleno estado de euforia cualquier mortal soñaría con que le va ocurrir una vez en la vida. Eso o que este sevillismo -reponiéndose todavía del shock sufrido por la muerte de Puerta- anda dando tumbos al ritmo que le marca José María del Nido. El abogado del pantojo sigue empeñado en distorsionar la realidad a su antojo con un lenguaje más propio de picapleitos de un estrenos TV, pero no debería olvidar -desde su prepotente trono de presidente del centenario y de la etapa más gloriosa del club- que a todo cerdo le llega su San Martín. La espantá de Juande también invita a pensar que no tiene que resultar agradable aguantar a diario la presencia de un personaje de la talla de Del Nido. La última reflexión viene a decirnos que algo sigue sin funcionar en un mundo en el que a un señor le dan al año un dinero con el que se podría aliviar la pobreza y el hambre de miles de infelices que no tienen ni para vestirse.