OPINIÓN

Leche ajustada

Los precios al consumo de la leche han superado en algunos casos el euro por litro. La Federación de Consumidores en Acción (FACUA) denuncia que es el doble de lo que perciben los ganaderos y que ha habido concertación de precios. Respecto a esto último, tendrán que demostrarlo, aunque la situación actual del mercado no indica que hayan tenido necesidad de asumir ese riesgo.

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El primer asunto, utilizado como argumento de los altos precios en destino, es muy discutible. El coste de la leche cruda es el coste directo más significativo. Representa entre el 55-60 por ciento de los costes de producción. Además hay que añadir los costes laborales, energéticos, amortizaciones, logística, gastos financieros, gastos derivados de gestiones ajenas como las cuotas, gastos generales y beneficio industrial, entre otros; después, la distribución, que también tiene su margen. Sin entrar al detalle, parece razonable el recargo arriba mencionado. Otra cuestión es que hayan aprovechado la actual coyuntura de un mercado deficitario para ajustar sus cuentas y hayan repercutido las subidas del precio de la leche cruda en el producto final.

En resumen, algo más de la mitad del precio final corresponde a la compra de leche en origen y ésta ha subido un 40 por ciento en un año. Es razonable una subida en destino que ronda el 20-30 por ciento, como la que se ha producido. Si no hay concertación de precios, es solo una decisión empresarial en el libre mercado, aunque no guste al consumidor.

El problema para el consumidor, no para el productor, es la escasez de leche en el mercado, lo que encarece la materia prima. De hecho, los ganaderos andaluces disfrutan de una bonanza en precios de venta, no así en precio de pienso, que les ha llevado a aumentar un 35 por ciento el valor final de la leche en un año. Diferente es el caso de los productos frescos como frutas y hortalizas, donde el mismo producto sin transformar, casi sin valor añadido, llega a la cesta de la compra con diferenciales de hasta un mil por ciento.