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PINCHITOS MORUNOS

La ciudad de Nomequiten

Cádiz, no el Cádiz, juega siempre a la defensiva. Yo creo que el vicio lo cogimos allá por la Constitución de 1812 cuando no dejamos que los franceses entraran aquí y se quedaron en la puerta esperando como si fueran el novio de María Antonieta.

JOSÉ MONFORTE
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Si se dedican ustedes a lo que es el análisis, que también es muy de Cádiz, verán que todas las movidas que hemos protagonizado en los últimos 50 años han sido para evitar que nos quiten algo. Creo que hubo gran bronca cuando intentaron llevarse y se llevaron los contenedores de la Sea Land del puerto de Cádiz. Luego vendrían las manifestaciones porque nomequiten la Universidad, porque nomequiten el hospital Mora, porque nomequiten los Astilleros (varias versiones), porque nomequiten la Trasmediterránea y hasta tuvimos una versión fantasma del nomequiten que fue aquello de que el Juan Sebastián Elcano, buque inmortal, se lo llevarían a Barcelona cuando dejara de surcar los mares con su gracia innata en el corte de ola.

Las dos últimas nomequiten han sido también muy sonadas. Una de ellas ha finalizado con gran éxito y es la guerra para evitar que en la iglesia de San Felipe Neri dejaran de decir misa y construyeran una cosa maligna en torno a la Constitución. Con la excusa de falta de acuerdo económico que, con perdón, no me creo y más sabiendo del talante negociador de la Iglesia gaditana y sus buenas relaciones con la Junta de Andalucía, el proyecto de convertir una joya arquitectónica de la ciudad en beneficio para la sociedad con un centro de estudios sobre las constituciones del mundo se ha ido al mismísimo Infierno para alegría soterrada de los manifestantes de después de misa y de los ConelayuntamientodeCadisi. Creo que Junta y Obispado ha enfermado de canguelis por temor al que dirán.

Al final con el nomequites pues...efectivamente nos lo han quitado y el proyecto, es verdad que poco explicado, no se hará. Cádiz no contará con el centro de estudios constitucionales que atraería estudiosos y visitantes, ahora eso sí, seguirá habiendo misa los domingos.

Otro nomequites ha surgido ahora con fuerza y es en defensa del edificio de La Aduana. Me parece muy respetable el movimiento porque las personas que lo promueven, entre ellas el arquitecto José María Esteban, son precisamente de los pocos que se mueven en esta ciudad pero creo que lo que necesitamos no es dar nuevas excusas para que este proyecto se ralentice y lo importante, modernizar un espacio fundamental para la ciudad, se quede parado por ver si tiramos o no la finca. Personalmente, y es discutible, creo que el edificio de la antigua estación es más llamativo, pero lo que no podemos es ahora parar para discutir si sí o si no, porque los dineros se irán para otro sitio y entonces el nomequites se habrá transformado, una vez más, en nos lo quitaron.

Creo que la ciudad debe abandonar este discurso victimista y pensar en positivo. No estar atentos a lo que nos van a quitar sino ser ágiles para captar nuevos proyectos y conseguir no sólo que no nos resten, sino que nos sumen, porque las sumas al final multiplican. Mientras que no seamos capaces de abrirnos a la Bahía y que la sociedad gaditana se mueva por algo más que el Cádiz CF y el nomequiten esto será una continua resta para la importancia de la ciudad y de su número de habitantes. Más vale que abandonemos la costumbre del nomequiten y empecemos a plantearnos luchar por el quemepongan, de lo contrario vamos a tener una vida más triste que los patos del parque Genovés.