Mucho más que unas clases con vistas al campo
Numerosas familias de la zona rural de Jerez se benefician de centros como el CPR Laguna de Medina que tienen aulas diseminadas en otras barriadas
Actualizado: GuardarLa sede del colegio Laguna de Medina figura en Las Pachecas pero hay alumnos que están hasta a diez kilómetros de distancia. No necesitan autobús escolar para desplazarse hasta sus clases porque son las aulas y los profesores los que han ido hasta sus barriadas. Los niños más pequeños de El Mojo, Rajamancera y Torremelgarejo disponen cerca de casa de aulas mixtas dependientes de CPR Laguna de Medina para que puedan completar sus primeros años de escolarización sin salir de su entorno.
Gracias a este sistema, muchas familias evitan los desplazamientos diarios y estas barriadas alejan el fantasma de la despoblación por falta de servicios. Para que la comunidad educativa de este centro escolar permanezca cohesionada como si estuvieran en el mismo edificio, la organización es clave: «Es básica la coordinación entre el profesorado y aquí es necesaria una implicación tres veces mayor que en un centro normal», explicó la directora del CPR Laguna de Medina, Rosa María Pérez.
Del centro matriz de Las Pachecas hasta Torremelgarejo -donde existen dos aulas de Infantil- hay una decena de kilómetros: «Los ocho profesores estamos en contacto con los teléfonos móviles y los lunes celebramos una reunión de coordinación para ponernos de acuerdo en todo». En el caso de que falte un profesor, «nos arreglamos con los de apoyo, la de Inglés, que sólo tiene tres horas de clase, y yo. Nuestros pasillos son muy largos».
Aulas mixtas
En el colegio de Las Pachecas hay dos aulas. Una de ellas es de Educación Infantil y la comparten trece alumnos de tres, cuatro y cinco años. La otra es de primer ciclo de Educación Primaria y asisten a ella siete niños de seis y siete años. En estas aulas mixtas -que también existen en otras barriadas rurales- conviven niños de diferentes edades, algo que aunque a veces es difícil, tiene sus ventajas: «Los más mayores guían a sus compañeros pequeños, colaboran y ayudan en lo que pueden. Los pequeños aprenden estos valores y ganan en autonomía», aseguró Rosa. Por fortuna, «ahora la Consejería de Educación está potenciando lo rural».
También es beneficioso para el aprendizaje: «Los pequeños escuchan lo que se les va enseñando a los mayores y que ellos aprenderán al año siguiente. Les dejamos participar en el otro nivel y son niños más tranquilos». Para los profesores que recalan en estos centros, en su mayoría jóvenes, la situación es, en un primer momento, complicada: «Cuando te coge de nuevo, te da miedo porque no sabes cómos se hace pero finalmente sale bien».
Algo tan común en un centro escolar como las fiestas de fin de curso suponen un plus de organización para el CPR Laguna de Medina: «Tenemos todo bien atado -continuó Rosa- y a veces las hacemos en Torremelgarejo y otras veces en Las Pachecas. Entonces un autobús va recogiendo a todos en sus barriadas».
En familia
Si los colegios son centros de socialización para los niños, a veces lo son para toda una barriada y se convierten en punto de encuentro y de convivencia: «Estamos en el centro de Las Pachecas donde, además del colegio, hay una venta y una tienda», cuenta Rosa. En este contexto, «la relación es diferente, más humana. Nosotros vemos nacer a los niños que dentro de tres años vendrán al colegio. El niño también te ve a ti desde que nace todos los días y estamos al lado de su casa. Se van adaptando poco a poco para su primer día». Así, para muchos de ellos, los colegios rurales son mucho más que unas aulas con vistas al campo.
«Todo es muy familiar. Hay madres que siguen viniendo a vernos aunque sus hijos ya no estén aquí y otras que te cuentan cosas personales», asegura Rosa que dirige el centro desde hace cinco cursos. Por eso, para los alumnos del colegio de Las Pachecas, «el cambio importante no es cuando entran en primero sino en tercero porque tienen que ir al colegio de Lomopardo. Allí hay muchos profesores y tienen incluso comedor. Esto es más recogidito».
Otro de los colegios con aulas dispersas es el CPR La Florida, con sede en la barriada de Majarromaque donde hay un aula de Infantil con seis alumnos y una de Primaria, con tres. La tercera aula de este centro escolar está en el cercano núcleo de Briole y cuenta con siete alumnos de Educación Infantil.
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