«Nos une el DNI, no la religión»
Representantes ceutíes y melillenses dicen «no preocuparse» por la actitud de Rabat
Actualizado: Guardar«En Ceuta y Melilla lo que nos une a todos es el DNI. Ser español aquí es un paraguas, un nexo de unión mucho más importante para las personas que los vínculos religiosos o culturales. Y, por eso, la visita de los Reyes es una noticia importantísima para nosotros. Reafirma la normalidad de nuestro día a día y también nuestra propia identidad». La reflexión es de Antonio Bravo, profesor universitario de la Universidad de Málaga y de la UNED, pero podría ser aplicable al grueso de los agentes sociales, políticos y económicos de dos ciudades autónomas que, incrustadas en el norte de África, ya se preparan para vivir un «momento histórico».
La visita que los Reyes realizarán a partir de mañana a Ceuta y Melilla ha levantado una gran expectación. Los hoteles están completos, las calles lucen su mejor aspecto y los balcones han sido engalanados de insignias españolas en respuesta al llamamiento hecho por los gobernantes locales. Todo está preparado, en definitiva, para que la gran mayoría de la población -compuesta por cristianos, musulmanes, judíos e hindúes- disfrute de un acontecimiento «largamente esperado». No en vano, se trata de la primera visita que un Monarca español realiza a estos dos enclaves desde Alfonso XIII y también la primera en 32 años de reinado de la Familia Real.
En este contexto, las críticas del reino alauí a la visita son recibidas por ceutíes y melillenses con indisimulado «hartazgo», con una evidente sensación de «haberlo vivido antes». «En la península estas declaraciones pueden sorprender. Pero aquí estamos acostumbrados. Lo único que trata de hacer es esconder sus problemas internos poniendo sobre la palestra la reivindicación de Ceuta y Melilla. Su reacción ni nos extraña ni nos preocupa. Al contrario: nos satisface y nos refuerza en nuestras convicciones», comenta Luis Moreno, presidente de la Cámara de Comercio de Ceuta.
Amin Mohamed, diputado del Partido Socialista en Melilla, subraya que las relaciones entre los dos países habían mejorado en los últimos años. Pero recuerda que, durante el mandato de José María Aznar, este tipo de declaraciones se reproducían periódicamente. «Es normal que Marrueccos realice estas afirmaciones. No son nada nuevas. Pero, más que preocuparse por la soberanía de las dos ciudades autónomas, lo que debería hacer es propiciar el desarrollo político y social de su país».
Reproches hacia la actitud del Gobierno marroquí que se suceden desde distintos estamentos. La postura oficial, representada por Juan Jesús Vivas, presidente de Ceuta, es igualmente crítica: «Lamentamos la reacción de Marruecos, pero su posición, sus reclamaciones infundadas, no alteran el ánimo de la ciudadanía ante la visita de la figura más importante que ha dado España en los últimos cien años».
«Peso histórico»
El dirigente popular, de hecho, está convencido de que la «españolidad» de Ceuta y Melilla se sustenta «por razones históricas, jurídicas y políticas». «Formaban parte de España mucho antes de que se crease el Estado de Marruecos. Y, además, a diferencia de Gibraltar, no están consideradas como colonias dentro de la ONU», apunta Vivas. Antonio Bravo también recalca las peculiares características de sendos enclaves con una herencia histórica «enorme». «Estas dos ciudades no se pueden ver desde la perspectiva colonial. Aquí ha habido presencia física desde el Neolítico. Estamos hablando de una frontera permeable desde hace siglos que ha permitido que se creen realidades independientes como Melilla. Estamos acostumbrados a ver lo español como algo homogéneo. Pero Melilla, por ejemplo, es una realidad española desde hace más de quinientos años», explica este docente de Historia del Arte.
El «peso histórico» es sólo una parte de las razones que sustentan la «españolidad» de estas dos poblaciones. De hecho, la creencia de que la nacionalidad supone un elemento que ayuda a vertebrar la convivencia en una «sociedad multicultural» está muy arraigada. Melilla, por ejemplo, está formada por unos 66.000 habitantes pertenecientes a cuatro creencias. La cristiana predomina, pero casi al mismo nivel que la musulmana (unas 27.000 personas), que se encuentra muy por encima de la hindú y la hebrea. Mohamed Ali, parlamentario de Unión Democrática Ceutí, explica que «hace años» se ponía en tela de juicio «la españolidad» de los habitantes de religión musulmana. Algo que, a su juicio, ocurría por los «obstáculos» que este colectivo encontraba para situarse «al mismo nivel» social y económico que el resto de ciudadanos.
«Pero hoy en día, aunque seguimos teniendo problemas de desempleo y de fracaso escolar, esos conflictos de desigualdad se han mitigado y ya no se discute la españolidad de los musulmanes», recalca. Una opinión con la que coincide Amin Mohamed, diputado socialista de Melilla. «El sentimiento español de la población, con independencia de su credo, es unánime», zanja.