El alto ritmo del Tau Cerámica agobió al Estudiantes

El alto ritmo del TAU de Vitoria superó al Estudiantes, en un partido en el que no hubo color y lo mejor fue la facilitad anotadora de los locales.

El partido empezó a todo gas, con ataques rápidos de los dos equipos. Lewis puso los primeros cinco puntos del Estudiantes y mantuvo la igualdad, pero sólo fue un espejismo. Los vitorianos corrían al contraataque y anotaban fácil, los madrileños abusaban del triple y fallaban, de manera que los locales se fueron trece arriba, hasta que Pietrus rompió la sequía visitante. Los equipos hicieron cambios y el Estudiantes pescó en el río revuelto: logró un parcial de cero-cinco tras tres pérdidas fatídicas de Pablo Prigioni.

Al final del primer cuarto, la jugada de la semana: un increíble canastón de Lewis desde su campo, sobre la bocina, puso el 21-15. El veterano americano anotaba así diez de los quince puntos de su equipo.Al comienzo del segundo cuarto, el Estudiantes se acercó a cuatro. El TAU ya no contraatacaba con facilidad; por ahí se igualaba el partido, de manera que los locales cambiaron de táctica: tres triples seguidos les devolvieron la comodidad de quince puntos de ventaja.

Tras el descanso, la única posibilidad para los madrileños es que el TAU se relajara. No fue así, sino al revés, los vitorianos empezaron serios y se pusieron veinticinco arriba, obligando a pedir tiempo a De Pablos cuando apenas transcurrían dos minutos del tercer cuarto. El ataque del TAU superaba con facilidad a la defensa estudiantil, mientras en la zona contraria, los madrileños se agobiaban en ataque, con pérdidas y violaciones, nerviosos porque presagiaban una paliza. Una canasta de Planinic puso los treinta arriba.

Por fin acabó el tercer cuarto para un Estudiantes que sólo anotó trece puntos en ese periodo. Quedaban los últimos diez minutos. Entonces sí que los locales se dejaron llevar, y el Estudiantes, tirando de pundonor, recortó la diferencia hasta los veintiún puntos finales.