Cultura

De pura sangre

Linda Thompson y su hijo Teddy publican simultáneamente sendos álbumes que respaldan la solvencia creativa de la saga

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Impulsado por una fértil mezcla de genética y talento, el apellido Thompson lleva décadas convertido en sinónimo de creatividad. Si hace unas semanas aplaudíamos desde estas páginas la plenitud del veterano Richard Thompson, expuesta en su reciente álbum Sweet Warrior, son ahora su ex mujer Linda Thompson y el hijo de ambos, Teddy, quienes ponen en el mercado sendos trabajos dispuestos a refrendar unos grados más el prestigio de la saga.

Linda Thompson (1948) suscribió durante la pasada década de los setenta una carrera conjunta con Richard, plasmada en excelentes trabajos como I Want To See The Bright Lights Tonight (1974) o, posteriormente, Shoot Out the Lights (1982). Tras su separación, Linda vio atenazada su trayectoria por una enfermedad -disfonía espasmódica- que le impidió cantar durante bastante tiempo y que ha terminado por circunscribir su trayectoria en solitario a sólo tres álbumes en algo más de veinte años. Pese a sus limitaciones, su discografía ha ofrecido un buen nivel tomando como partida el vasto territorio folk-rock y explayándose en títulos como Fashionably Late (2002) o el reciente Versatile Heart (Rounder-Universal; 2007). Un álbum donde Linda vuelve a arrojar razones para el optimismo, rodeada de sus hijos Teddy y Kamila, además de por otras ilustres sagas del folk británico como los Wainwright -Rufus y Marha- y los Carthy, representados por Martin y su hija Eliza. La confluencia familiar depara un trabajo de espíritu acústico, elegante y evocador, donde las adaptaciones de temas tradicionales como Katy Cruel comparten armonía con temas propios y aportaciones de invitados. Así, Rufus Wainwright firma Beauty -con la aportación vocal de Anthony-, Kamila aporta Nice Cars mientras que Teddy se encarga de abrir y cerrar el álbum con el instrumental Stay Bright. La adaptación del antibelicista Day After Tomorrow de Tom Waits y Kathleen Brennan redondea un discurso convincente y concluyente, que se desenvuelve entre folk y country dirigido por su armoniosa voz.

Por su parte, el hijo Teddy Thompson (1976) también ha elegido el campo de las adaptaciones y el country con el objeto de ensanchar las buenas sensaciones deparadas de su precedente Separate Ways (2006). Distanciándose del influjo pop, Teddy escarba en uno de los estilos que forjó su educación musical a través de un catálogo de versiones, salpicado por alguna aportación propia. Upfront & Down Low (Verve Forecast-Universal; 2007) describe un jugoso recorrido por los dominios del country a través de una nómina que alude a un cancionero con firmas de la talla de Ernest Tubb, Dolly Parton o Liz Anderson, interpretado en su momento por pesos pesados como George Jones, Merle Haggard o el mismo Elvis Presley. La hermosa y profunda lectura realza la categoría interpretativa de Teddy, respaldada por su capacidad redimensionadora además de por un cuadro de colegas entre quienes se encuentran la guitarra de Marc Robot, la voz de Iris DeMent, los arreglos de cuerda del omnipresente Rufus Wainwright y Robert Kirby y, cerrando el círculo, su propio padre, Richard Thompson en lo que supone la enésima ratificación de que el apellido no pierde un ápice de frescura y lucidez.