El homo sapiens adoptó un comportamiento moderno hace 80.000 años
El Homo Sapiens adoptó por primera vez un comportamiento moderno hace 80.000 años en África del Norte, es decir, más del doble de años de los admitidos corrientemente, según afirma el historiador marroquí Abdeljalil Buzuggar.
Actualizado: GuardarEste investigador, de 40 años, es responsable junto con Nick Barton, de la Universidad de Oxford, de la misión que hace poco descubrió en el este de Marruecos el collar más antiguo del mundo: 14 conchas perforadas y unidas entre sí. «Nada justifica ahora el considerar a pueblos que vivieron hace 50.000 años como arcaicos. Al contrario, tenían un comportamiento moderno», asegura este especialista en la cultura ateriense, un pueblo prehistórico de África septentrional y del Sáhara.
«Los aterienses utilizaban ya símbolos, lo que quiere decir que sus necesidades superaban la caza, la pesca y la mera subsistencia. Buscaban conchas para utilizarlas como collares, para lo cual las perforaban y las pintaban de ocre rojo», señaló el investigador del Instituto Nacional de Ciencias de la Arqueología y del Patrimonio de Rabat.
En 2003 un equipo británico-marroquí descubrió en la Gruta de los Pichones, en Taforalt (norte de Marruecos), una primera concha perforada de tres centímetros y poco después 13 más.
Tras analizarlas mediante cuatro métodos diferentes en laboratorios de Gran Bretaña y Australia, se estableció que las conchas tenían 82.500 años de antigüedad.
Comunicación
La Gruta de los Pichones, a 50 kilómetros del mar Mediterráneo y a 720 metros de altura, domina un valle donde los animales venían a beber, así como una llanura donde sus pobladores encontraban el sílex para la fabricación de sus utensilios.
El espacio del interior de esta caverna, de 30 metros de profundidad y 10 de altura, revela la organización de la época: al fondo los habitantes dormían, en el centro se encontraba el fuego y la perforación de conchas se hacía junto a la entrada, para aprovechar la luz.
«Era necesario que los recolectores de este tipo de conchas recibieran instrucciones precisas. Es esto lo que nos hace concluir que el grupo tenía un lenguaje y un sistema de comunicación avanzados», explica el investigador.
Además, «una población que recoge esos moluscos, los perfora, los pinta y los utiliza para adornos, dispone sin duda de un sentido de la identidad», agrega.