El mejor de los deseos
Por fin llegó la liberación esta semana. Después de muchos tiras y aflojas, de reuniones, de negociaciones a varias bandas y de rumores de todo tipo, nos econtramos ante una nueva etapa. Nadie quiere mirar al pasado porque las pesadillas que pueden surgir son peores que el incierto reto que se nos presenta. Se trata de un futuro complicado, habida cuenta de que desconocemos el final feliz que pueda tener pero que deseamos.
Actualizado:El punto de partida hacia el éxito podría ser este fin de semana, incluso esta misma tarde. El objetivo se ha visto modificado temporalmente pero está claro que se aspira a ser el mejor de la categoría, al ascender a los cielos de la gloria algo que, por problemas extradeportivos, se nos aleja de un plumazo. La decisión que se adopte desde ahora, podría ser clave, ya que de ella dependerá que nuestro sentido del humor se active y que nuestro estado de ánimo sea óptimo. Solucionada la parte de los despachos, todo parece indicar que esta vez no va a ver experimentos.
Trabajarán los mejores, primero para arreglar el desaguisado y, después, para volver a vender ilusión. Ante el Xerez sería la mejor ocasión para recuperar la alegría escondida y soñar con que aún queda tiempo para luchar por cotas mayores. Lo mismo debe estar pensando Fernando Alonso al tiempo que deshoja la margarita para ver en qué escudería corre la próxima temporada.
Ya me lo imagino debatiendo consigo mismo: «me va a querer o no me va a querer, me va a acuchillar por la espalda o me va a colmar de palmaditas, me va a poner a mecánicos ineptos o a mecánicos que me hablen directamente a la cara sin temor a represalias, me querrán tal y como soy o me tendrán mucha envidia...». En ambos casos, cruzo los dedos, cierro los ojos y pido el deseo.