Engaño inhumano
Las informaciones sobre la contradictoria actuación de la asociación El Arca de Zoé, acusada en Chad de secuestro de menores, apuntan cada vez más a un farragoso engaño, revestido de una resbaladiza pátina humanitaria. Existen evidencias de que esta peculiar ONG ofrecía dos versiones sobre su proyecto. En Francia se proponía «salvar de la muerte a cientos de niños de Darfur» y trasladarlos al país galo, previo pago de 2.400 euros -como la denuncia de un matrimonio del sur de Francia acaba de desvelar-. Mientras que en Chad esa misión se reconvertía convenientemente en la creación de un centro de acogida para niños refugiados en situación de gran vulnerabilidad, pero sin salir del país africano y bajo el nombre de Children Rescue. Ello confirmaría el sorprendente embuste de la organización. Pero si todo este fraude resulta imposible de justificar, la revelación por parte de la ONU y la Cruz Roja Internacional de que 91 de los 103 niños son chadianos -no de la conflictiva Darfur- y de que, además, tienen familiares vivos se convierte en un testimonio de grave acusación contra los miembros de dicha ONG. De momento, el que su propio Gobierno haya dicho que la prioridad es la liberación de los tres periodistas que les acompañaban y de los miembros de la tripulación española -lo que parece irse encarrilando con su traslado a Yamena- es bien significativo de que el Elíseo ha decidido dar la espalda a los responsables de tan inhumana y demencial operación.
Actualizado: GuardarEl daño que esta actuación irresponsable ha causado a los niños, a las verdaderas organizaciones humanitarias y a las familias a la espera de adoptar tardará tiempo en revertirse pero, sobre todo, pone de manifiesto la necesidad de que los Gobiernos articulen los mecanismos de supervisión necesarios para que despropósitos semejantes -presumiblemente delitos- no vuelvan a producirse.