ESPAÑA

La inmigración, la pesca y el Sahara, detonantes de la última marcha del representante marroquí

El diplomático del Ejecutivo magrebí en 2001 estuvo fuera de España 15 meses

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La última vez que los marroquíes llamaron a consultas a su embajador fue en octubre de 2001. Los detonantes fueron las quejas del Gobierno de José María Aznar por la llegada masiva a España de pateras con inmigrantes ilegales desde Marruecos, la crisis por la postura española sobre el Sahara y la negociación del tratado de pesca con la UE. Pasó casi un año y medio (con crisis de Perejil de por medio) hasta que las relaciones bilaterales se reanudaron.

En aquel momento, el embajador marroquí era Abdesalam Baraka, y estuvo fuera de España 15 meses, durante los cuales las disputas con Rabat se incrementaron, hasta que el 11 de julio de 2002 un grupo de militares marroquíes invadió el islote Perejil.

Los meses previos a la llamada a consultas del embajador marroquí por parte de Marruecos se había producido una gran oleada de pateras. El entonces ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, realizó unas declaraciones en las que consideró «insostenible e inaceptable» la situación y convocó al embajador de Marruecos en España.

Un cúmulo de agravios

El ministro se mostró muy crítico con la actuación del Ejecutivo marroquí, que expresó su malestar. El 27 de octubre de 2001, el Gobierno alauita, alegando un cúmulo de agravios, llamaba a consultas a su embajador, quien no volvería hasta 15 meses después, en febrero de 2003.

Durante ese tiempo se produjeron numerosos hechos significativos que no contribuyeron a calmar la situación. El 17 de diciembre de 2001, el entonces dirigente de la oposición y líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, viajó a Marruecos en contra de la opinión del Gobierno; el 21 de enero de 2002, Rabat protestaba por la concesión a Repsol de un permiso de prospección petrolífera en aguas cercanas a Canarias que Marruecos reivindicaba como suyas y el 9 de mayo de 2002, el Gobierno envió un nota verbal a Rabat reclamando a Marruecos un mayor control de sus costas para evitar la llegada de inmigrantes ilegales a España.

Dos meses más tarde se producía la invasión, por parte de Marruecos, del islote Perejil, que fue recuperado por España mediante una intervención militar seis días después, el 17 de julio de 2002, tras ser llamado a consultas por parte de España el embajador en Marruecos Fernando Arias Salgado.

Los incidentes diplomáticos no se resolverían hasta 2003, con el regreso de ambos embajadores a sus puestos en el mes de febrero.