«Mandarnos a Bagdad es un sentencia de muerte»
La superembajada más grande y más cara del mundo ya está construida en la 'zona verde' de Bagdad, pero ahora no hay funcionarios con quienes llenarla. Para remediarlo el Departamento de Estado ha emitido una orden en la que amenaza a sus empleados con aceptar el nuevo destino o perder el empleo, lo que ha desatado una verdadera rebelión a bordo. «Una cosa es que alguien que crea en lo que pasa allí se ofrezca voluntario y otra que nos envíen por la fuerza como destino», protestó Jack Croddy, que lleva 36 años en el servicio exterior norteamericano. «Lo siento, pero eso es básicamente una sentencia de muerte potencial, y ustedes los saben. ¿Quién va a criar a nuestros hijos si nosotros estamos muertos o heridos?».
Actualizado: GuardarSus jefes se quedaron mudos, pero sus compañeros rompieron en aplausos, según demuestra la cinta de audio que se ha filtrado a los medios de comunicación. Varios centenares de empleados como él protestaron con resentimiento durante la reunión de más de una hora a la que, para malestar general, no acudió la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.
Su departamento ha notificado a 200 funcionarios que son candidatos para rellenar los 250 puestos vacantes en Bagdad, que habrá que renovar de forma rotatoria. Los elegidos tendrán diez días a partir del aviso final para aceptar la misión o presentar su dimisión. El portavoz Sean McCormack manifestó a la prensa que Rice entiende el sacrificio que se le pide a sus subordinados, pero espera que todos estén dispuestos a hacerlo por su país.