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DIOS TE ODIA. Miembros de la Iglesia Baptista de Westboro se manifiestan durante un funeral. / AP
MUNDO

El castigo divino tiene precio

Un tribunal condena a una iglesia baptista a pagar ocho millones al padre de un marine muerto en Irak que tuvo que oír sus protestas homofóbicas en el funeral

MERCEDES GALLEGO
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Primero protestaban con sus denigrantes pancartas en los funerales de los homosexuales muertos de sida, cuyos familiares soportaban mortificados la humillación. «Dios odia a los maricones», decían los carteles que mostraban por todo el país los niños y adultos de la Iglesia Baptista de Westboro, en Kansas. Luego se les ocurrió llevar sus protestas a los entierros de los soldados muertos en Irak, y ahí es donde han tropezado con los marines.

En concreto con Matthew Snyder, un chaval de 20 años que perdió la vida el año pasado durante un accidente ocurrido en el país pérsico. Su muerte no ocurrió en combate, pero su padre le considera un héroe y está dispuesto a pelear por su memoria. La misma que enturbiaron los seguidores de esta iglesia homofóbica que cree que la sangría que sufre su país en Irak es el castigo divino a su tolerancia por la homosexualidad.

Albert Snyder no tiene miedo a represalias porque dice que cuenta con muchos marines para defenderle, así que se embarcó en una cruzada legal para tapar la boca a los siervos de este dios que no comparte. Lo hizo, como se hacen las guerras dentro de Estados Unidos, a golpe de demanda civil. En su caso buscaba reparaciones económicas por difamación, invasión de la intimidad y daños emocionales intencionados. «Ya es bastante duro enterrar a un hijo de 20 años como para tener que lidiar con esto», protestó. Snyder se dice traumatizado por aquellos carteles en los que niños como querubines daban 'Gracias a Dios por los soldados muertos' o por las bombas ocultas en las carreteras.

«Pongan una cifra»

Pero a la hora de determinar la cantidad económica el jurado no ha tenido en cuenta sólo el sufrimiento del padre de Matthew y su familia, sino la petición de su abogado. «Pongan una cifra que mande el mensaje de que esto no se hace en Maryland», pregonó el letrado. «Que diga: ¿No vuelvan a traer este circo a Maryland!». Y el montante que creyeron capaz de desalentarlos es de 10,9 millones de dólares -cerca de 8 millones de euros-. Una sentencia que el abogado de esta iglesia cree poder «revertir en cinco minutos».

El padre de Matthew ha trasladado la batalla a los medios de comunicación en busca de donaciones con las que sostener la guerra legal durante las apelaciones, ya no verá un centavo hasta que hayan finalizado (www.matthewsnyder.org). Su verdadera preocupación es el honor de las tropas, no el daño que haga esta iglesia fundada en 1955, que en lo que al él respecta «pueden manifestarse donde les dé la gana» mientras no sea en los funerales de los héroes.

Los feligreses dicen haberlo hecho 30.000 veces sin que nunca nadie les llevara a juicio y consideran que la sentencia es un ataque a su libertad de expresión porque el Gobierno no quiere que se sepa que Dios castigan al país en Irak. «Pero esto no tiene importancia, porque Dios no dejará de matar a vuestros soldados», les advirtió la hija abogada del pastor, Shirley Phelps-Roper.