Días de flores y lágrimas
CÁDIZ Actualizado: GuardarLa soledad que reina a diario en el Mancomunado Bahía de Cádiz se vio ayer alterada por la masiva presencia de personas que buscaban el recuerdo de sus familiares en el Día de los Difuntos. A mediodía de ayer, los accesos al camposanto registraban una gran afluencia de vehículos y encontrar aparcamiento no era tarea fácil. Además, los autobuses procedentes de las localidades vecinas llegaban llenos de usuarios. Si bien Cemabasa nació para dar servicio a las poblaciones de Cádiz y Chiclana, en la actualidad, también utilizan sus instalaciones de la carretera de Medina, los ciudadanos de San Fernando, Conil, Vejer, Barbate, Medina, Alcalá de los Gazules, Puerto Real, El Puerto de Santa María y Jerez.
En estos días, la dirección de Cemabasa se ha afanado para que estas instalaciones se encontraran en perfecto estado, y así también lo hacían muchas de las personas que llegaban con las escaleras y los utensilios de limpieza con el fin de arreglar los nichos de sus allegados. El recinto funerario contó con los servicios de dos equipos de urgencia médica ante la gran asistencia de público y diversos divulgadores religiosos aprovechaban estos momentos de debilidad humana para propagar sus creencias. Mañana, la iglesia del cementerio acogerá a las once una misa oficiada por el Obispo de Cádiz, Antonio Ceballos.
Otras localidades
En San Fernando, centenares de isleños acudieron ayer al camposanto de la ciudad para rendir homenaje a sus familiares y amigos fallecidos. El clima acompañó y el cielo lució soleado facilitando un goteo constante de visitantes en torno a la entrada del cementerio municipal.
La figura del cantaor flamenco Camarón de La Isla volvió a ser objetivo de todas las miradas. La tumba del desaparecido solista registró el mayor número de visitas y presumió de haber recibido los más llamativos ramos y coronas de flores. El mausoleo del cantaor estuvo escoltado en todo momento por aficionados al arte flamenco y representantes de la etnia gitana.
Por su parte, los puertorrealeños aprovecharon el día para engalanar las tumbas y nichos de los que ya no están. Una carpa en el centro del cementerio mancomunado de la localidad acogió a primera hora de la mañana la tradicional misa en memoria de los fallecidos. A las puertas del reformado camposanto varios puestos de flores satisfacían la demanda de flores que marca la tradición.
Durante la mañana la Policía Local ordenó el tráfico ante la falta de aparcamientos y los más previsores aprovecharon el aumento en número y frecuencia de autobuses.
En El Puerto, gente de todas las edades se acercaron hasta el camposanto para rendir homenaje a los que ya no están. Las protagonistas sin duda, las gafas de sol que ocultaban la mirada entristecida de los familiares y amigos.
Algunos de los que se acercaron hasta el cementerio ya no viven en la localidad de El Puerto. El trabajo les ha obligado a abandonar su ciudad natal, pero siempre vuelven este triste día para poner flores en la tumba de sus familiares.
Y los que no faltan nunca son los trabajadores municipales que ayer, como cada día, estaban a pie de cañón para resolver dudas y ayudar a las personas que acuden al cementerio.