Una lectura aproximada
Actualizado:Resulta, que mi amiga Elena se ha comprado un piso en Cádiz. Durante cuatro meses ha realizado una serie de obras en el inmueble para ponerlo a su gusto. Para ello, antes de todo, dio de alta la luz y el agua. Mientras los obreros se afanaban en terminar su trabajo, ella no habitó la casa, por lo que el consumo de luz y agua fue nulo. A pesar de ello, los simpáticos trabajadores de Aguas de Cádiz le enviaron una factura de 40 euros en concepto de gastos. Cuando mi amiga recibió la carta no salía de su asombro, ya que, ¿cómo era posible si su casa no tenía ni grifos? Cuando llamó a la empresa le comentaron que habían hecho una lectura aproximada, porque habían ido a leer el contador y nadie les había abierto. Pero lo peor llegó después. Una vez marchados los obreros, Elena cerró su piso, mientras buscaba los muebles básicos para entrar a vivir. Han pasado dos meses desde entonces y de repente, una nueva factura de Aguas de Cádiz ha llegado a perturbar su paz. En esta ocasión, la cifra asciende a 192 euros. Este dinero fue descontado de la cuenta de Elena al instante. Cuando enfadada como la que más volvió a llamar a Aguas de Cádiz, insistieron en que habían hecho una estimación del gasto, y que dejaron un aviso bajo la puerta, aviso que todavía busca Elena por su casa. Para que se den cuenta del robo, el contador de su casa marcaba tres metros cúbicos lo estimado por Aguas de Cádiz alcanza los 90 metros cúbicos.
Ahora, ella ha entrado en una guerra con la hoja de reclamaciones y quejas como estandarte, una lucha que se presenta poco favorable, y en la que le ofrecen poner el dinero cobrado como fondo para siguientes gastos. Pero, ¿y qué pasará la siguiente vez si Elena no entra a vivir en su casa? Estimo que a este paso alcanzaremos los 300 euros.