LECTURA PÚBLICA. El presidente del tribunal, Gómez Bermúdez, a su llegada a la sala. / E. NARANJO. AFP
ESPAÑA

El tribunal del 11-M condena a los islamistas y descarta a ETA

La sentencia impone casi 43.000 años a El Gnaoui y a Zougam, autores de la masacre Confirma que el explosivo utilizado procede de Asturias

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Tres años después de estremecer a España, la Audiencia Nacional dictaminó ayer que el 11-M fue una masacre obra de un grupo 'yihadista' en la que ETA no tomó parte. En un juicio histórico, la Audiencia Nacional impuso a dos de los autores materiales, Jamal Zougam y Othman El Gnaoui, 42.982 años de cárcel, una condena que no tiene precedentes en la justicia europea. Por contra, el tribunal presidido por el juez Javier Gómez Bermúdez absolvió por falta de pruebas a Rabei Osman, 'El Egipcio', considerado hasta ayer el presunto ideólogo de la masacre. Otros seis procesados también fueron puestos en libertad. Las penas, sensiblemente inferiores a las que pedía la Fiscalía, fueron criticadas por las principales asociaciones de víctimas.

Después de cuatro meses de deliberaciones, el tribunal compuesto por Gómez Bermúdez, Fernando García Nicolás y Alfonso Guevara ha llegado a la conclusión de que la célula 'yihadista' actuó sin otra ayuda que un puñado de asturianos que les proporcionaron la dinamita utilizada y que los terroristas acataron directrices de Al Qaeda.

Además de los dos autores materiales capturados vivos, la sentencia impone 34.715 años de prisión a Suárez Trashorrras, el ex minero que les proporcionó la dinamita usada en la masacre. También reciben penas de cárcel, de inferior cuantía, cuatro colaboradores y los 14 miembros de la célula islamista que dieron cobertura, financiación y apoyo al grupo terrorista.

Desilusión

Los familiares de los 191 trabajadores y estudiantes que murieron en los cuatro trenes de cercanías que esa mañana se dirigían a Madrid, así como las 1.857 personas heridas y mutiladas recibirán indemnizaciones multimillonarias, que suman una cuantía jamás fijada por un tribunal penal. Algo que no satisfizo a los damnificados, que censuraron las bajas penas impuestas. El propio Gómez Bermúdez se reunió durante cerca de media hora con representantes de las víctimas para intentarles aclarar los fundamentos jurídicos que ha empleado. Pilar Manjón, presidenta de la principal asociación, anunció poco después de conocerse la sentencia su intención de recurrirla. En todo caso, el auto firmado de forma unánime por los magistrados contiene unas conclusiones contundentes: los ataques fueron obra exclusiva de una célula 'yihadista' ubicada en España, que quiso atentar contra los cimientos de la sociedad y el Estado y ejecutar un atentado indiscriminado con el que hacer el mayor daño posible.

Su núcleo, quienes subieron a los trenes y colocaron las 13 bombas, lo constituyeron los siete terroristas que el 3 de abril de 2004 se suicidaron en Leganés acorralados por la policía; los condenados Jamal Zougam y Otmán el Gnauoi; un islamista no identificado, y al menos dos 'yihadistas' más que lograron huir, Mohamed Afallah y Daoud Ouhnane, que podrían haber muerto en Irak.

Los magistrados han decidido ignorar las posibles motivaciones de estos islamistas. Se centran en dos hechos que creen que son incontestables: es una matanza 'yihadista' y se puede probar quienes son sus autores materiales y quienes les ayudaron. Eso sí, la sala no encuentra datos suficientes para identificar a los autores intelectuales de la masacre, por lo que los tres acusados de idear los atentados -'El Egipcio', Hassan el Haski y Yousef Belhadj- han sido absueltos de ese cargo concreto.

Lo que sí hace la sentencia es echar por tierra cualquier sospecha sobre la supuesta vinculación de ETA con esta matanza. «Ninguna prueba avala» lo que el propio Gómez Bermúdez definió ayer durante la lectura pública que hizo de parte del fallo como la «tesis alternativa» propuesta por algunas defensas. De esta forma, sepulta la denominada 'teoría de la conspiración' y cierra un debate que ha emponzoñado las relaciones entre las principales fuerzas parlamentarias durante todo este tiempo.

Diez kilos de dinamita

Según lo descrito por el tribunal, la masacre nació muchos meses antes del 11 de marzo de 2004. Un grupo islamista liderado por 'El Tunecino' -uno de los muertos en Leganés- fusionó a lo largo de 2003 a la mayor parte de las células durmientes que había en Madrid y, a través del tráfico de drogas, consiguió el poco dinero que necesitaba para ejecutar la masacre. De octubre a febrero de 2004 lograron que Suárez Trashorras les vendiese unos 200 kilos de 'goma 2', alquilaron y acondicionaron dos pisos francos, y consiguieron armas y documentos falsos.

La víspera del 11-M, los terroristas, refugiados la mayoría en la casa de campo alquilada en Chinchón, confeccionaron 13 mochilas-bomba, con unos diez kilos de dinamita en cada una y 600 gramos de metralla, preparadas para estallar sobre las 7.40 horas del día siguiente y provocar un número indiscriminado de víctimas. Los islamistas utilizaron un procedimiento aprendido en los campos de Al Qaeda en Afganistán: utilizar como iniciador de la bomba un teléfono móvil que hace estallar el explosivo a la hora en que está programada su alarma.

De madrugada, el citado comando, de más de diez personas, se desplazó a la estación de Alcalá de Henares y, antes de las siete, montaron en cuatro trenes sucesivos con destino a Madrid, donde colocaron los artefactos. Entre las 7.37 horas (Atocha) y las 7.39 horas (calle Téllez), diez de las bombas destrozaron los cuatro trenes y plagaron los vagones y los andenes de cadáveres, heridos y viajeros conmocionados, que vagaron sin rumbo hasta la llegada de los servicios de emergencia.

Las condenas serán revisadas por el Tribunal Supremo, que dará respuesta definitiva al 11-M hacia el verano próximo. Pese a las enormes condenas, ninguno pasará en prisión más de 40 años, que es el máximo que permite la ley.