PLENO. La lectura de la sentencia por parte del magistrado y ponente Javier Gómez Bermúdez fue seguida con atención por los abogados de todos los implicados. / EFE
ESPAÑA

La mochila de Vallecas, una pieza clave para desarticular toda la trama terrorista

La bomba de su interior ayudó a esclarecer qué explosivo estalló y permitió localizar a los miembros de la célula El tribunal avala la intervención policial en la casa de Leganés

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La mochila de Vallecas, el único de los 13 artefactos colocados por los terroristas en los trenes que no estalló y pudo ser desactivado, se ha convertido no sólo en la clave que permitió desarticular en menos de un mes a la célula terrorista, sino en la piedra angular que soporta toda la arquitectura probatoria que ha permitido una sentencia condenatoria.

La bomba se localizó sobre las 2.40 horas del 12 de marzo de 2004 en la comisaría de Puente de Vallecas, cuando los agentes revisaban los efectos recuperados entre el convoy volado en la estación de El Pozo. La bolsa fue trasladada al cercano parque Azorín y un experto artificiero, consciente de la trascendencia de su contenido, decidió jugarse la vida y la desactivó a mano.

En su interior localizó diez kilos de 'goma 2 ECO' amasada y un detonador que, tres días después, condujeron a Asturias, a Mina Conchita y a Suárez Trashorras. El móvil Trium T-110, el iniciador de la bomba, se convirtió en la madre de todas las pistas.

Cables de conexión

Como establece la sentencia, los Tedax no tardaron en concluir que el artefacto, que no estalló porque los cables de conexión se soltaron por no haber sido asegurados con cinta aislante, era equivalente a los otros 12 colocados en los trenes y que la 'goma 2 ECO', igual al resto del explosivo recuperado intacto en manos de los terroristas, era muy posiblemente la dinamita con la que se ejecutó la masacre del 11-M.

Pero el elemento definitivo fue la tarjeta SIM instalada en el interior del teléfono móvil. Este pequeño pedazo de plástico condujo el 13 de marzo a la detención de Jamal Zougam -uno de los autores materiales y la confirmación de la pista islamista-, permitió identificar a varios de los miembros de la banda, fue crucial para la localización de la casa de Chinchón, donde se montaron la bombas, y el 3 de abril de 2004, cuando los terroristas preparaban ya otra masacre, condujo a la policía hasta el piso franco de Leganés, el refugio del núcleo duro del comando, que se suicidó acorralado por los agentes.

El jefe de seguridad de Amena, empresa emisora de la tarjeta SIM, informó el mismo día 12 a la policía que había sido comercializada en el bazar que unos ciudadanos indios tenían en Alcorcón, quienes a su vez la habían vendido, junto a otras 29 tarjetas más, el 25 de febrero, al locutorio Jawal Mundo Telekon que Zougam regentaba en el barrio de Lavapiés.

La investigación de estas 30 tarjetas permitió saber que la localizada en Vallecas y al menos otras seis más habían sido activadas un día antes de la matanza junto al repetidor de Morata de Tajuña. Las triangulaciones de repetidores llevaron el 22 de marzo al refugio terrorista de Chinchón dos días después de que lo hubiesen abandonado los terroristas, que prepararon allí las bolsas con los explosivos.

Consumo telefónico

Las listas de consumo telefónico del resto de las 30 tarjetas vendidas por Zougam permitieron en esos días identificar a varios de los miembros de la célula, entre ellos los hermanos Oulad -suicidas de Leganés-, y reconstruir sus movimientos, incluido el viaje en febrero a Asturias, para abastecerse de explosivos.

No obstante, el final de marzo de 2004 llegó con la investigación en dique seco -la pista de los terroristas se perdió en el refugio vacío de Chinchón-, con el comando libre y con una alarma generalizada ante la posibilidad de una nueva masacre. Las autoridades sólo podían hacer públicas las fotografías e identidades de los islamistas de los trenes y confiarse a la cooperación ciudadana y a un golpe de suerte. Las peores hipótesis se confirmaron el 2 de abril, cuando el comando intentó sin éxito volar el AVE entre Madrid y Sevilla, a su paso por Mocejón (Toledo).