En la estela de Jol
El Tottenham exige a Juande estar arriba, pero no es posible ser optimista
Actualizado:Ya han bautizado a Juande Ramos y a sus asistentes, Marcos Álvarez y Gustavo Poyet, como los Tres Amigos, los protagonistas de la comedia de Landis. El periodismo popular recicla su perplejidad ante unos extranjeros que no hablan buen inglés.
La tarea de Juande es lograr al fin el objetivo de sus directivos, un puesto para el Spurs en la Liga de Campeones. Pero, con un aforo de algo más de 35.000 espectadores, no es un club millonario. Y está empotrado en un barrio norteño londinense con malos accesos.
Los dueños del Tottenham son Enic, un vehículo financiero en el que el mayor accionista es Joseph Lewis, un billonario británico con residencia en Bahamas. Y el presidente es Daniel Levy ¿Qué le une con Alan Sugar, el patrón de Amstrad, el hombre que le vendió el Spurs? Ambos son de familia judía.
«¿Chim chiminee, chim chiminee, chim chim churoo, Jurgen era alemán y ahora es judío!», cantaban los hinchas con la música de Mary Poppins cuando Klinsmann se alineó con el equipo. El último chiste desgraciado de los hinchas del Arsenal contra sus máximos rivales dice: «¿Nosotros tenemos a Fabregas, a vosotros no os gusta el gas!».
El barrio de Tottenham está cerca de Golders Green, con muy fuerte presencia judía, o Hamsptead, donde es notable. Por eso, más que porque el club naciese de la comunidad judía, el club es insultado por los rivales mientras los hinchas propios se regocijan en su reputación.
Sin embargo, la antipatía más sentida hacia el club se debe a la pretensión de sus seguidores de que tiene una gran palmarés y a su insistencia en que ha tenido tradicionalmente un estilo de juego más exquisito. Ninguna de las dos cosas es comprobable en la historia.
El Tottenham ha ganado unas cuantas ligas, la última en 1961, unas cuantas copas, y fue el primer club inglés en ganar una importante competición europea, la Recopa, en 1963.
Pero vivía en la mediocridad hasta que llegó Martin Jol. Ha llevado al equipo a la UEFA en temporadas consecutivas llamando a la puerta de los cuatro grandes, pero a comienzos de este año las lesiones y sus malas relaciones con el director deportivo hicieron el resto.
Juande hereda un buen equipo, sobrado de delanteros -Bervatov y Keane no dejan lugar a Defoe-, con un centro de campo potente pero desordenado y una defensa que hace agua. No parece equipado para retar a los cuatro grandes.