PUGNA. Reyes trata de zafarse del sevillista Navas. / AP PHOTO
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El Atlético vuelve a la 'Champions'

Su victoria ante el Sevilla, en un encuentro vibrante con fases de muy buen juego por parte de ambos equipos, le catapulta a la zona más noble de la tabla

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El Atlético de Madrid volvió a la Liga de Campeones. Venció en un partido intenso al Sevilla, al que venció por su contundencia en la portería contraria. Los colchoneros y el Sevilla se divirtieron en el Calderón. Son como una perfecta pareja de baile de salón, que van sincronizadas desde las pestañas hasta las uñas de los pies por la tarima. El estilo de juego de Aguirre se acopla al de Jiménez.

El resultado fue un partido divertido, abierto, en el que el balón circulaba de lado a lado. La fiesta comenzó en el primer minuto, cuando Maniche adelantó a los rojiblancos. Cuando todavía los aficionados estaban poniéndose cómodos, Palop derribaba a Maxi. Pero Mejuto aguantó un poco antes de pitar el claro penalti y Maniche se aprovechó del rechace.

Aguirre sonreía porque le había dicho a sus muchachos que tenían que darlo todo desde el comienzo, que el Sevilla no estuviera tranquilo. Con el tanto, permitió que las líneas se retrasaran un poco para buscar el contragolpe. Era la misma idea que aplicó contra el Zaragoza: esperar al contrario para rematarlo con la velocidad de las puntas. Al Sevilla esta propuesta le venía de maravilla. Desplegó a sus velocistas por las bandas y se lanzó a por los dominios de Leo Franco que vivía tranquilo.

En una de esas internadas, Luis Fabiano cobró una falta y Maxi le regaló el gol. El partido seguía medio loco y los colchoneros se pusieron otra vez por delante gracias a otro rechace. Palop rumiaba en arameo contra su defensa. Hizo una parada espectacular a tiro de Luis García, pero sus centrales dejaron que Agüero rematara solo de cabeza. El Sevilla volvía al principio. Otra vez tenía que remontar a un equipo bien colocado, que soñaba con acostarse en Liga de Campeones.

Pero en el Atlético no puede salir todo bien. Primero, la lesión de Forlán; segundo, el gol que se metió Zé Castro en propia puerta. El portugés y Leo Franco no se entendieron y un centro de Dani Alves acabó en el fondo de la red rematado por el luso. Segundo empate del partido y los dos equipos a pensar nuevas opciones para acabar con el contrario. Encontraron la solución en una vieja opción: la marrullería. Madrileños y andaluces se enzarzaron en un fútbol de tánganas, tarjetas amarillas, interrupciones y faltas.

El balón desapareció y no se daba dos pases seguidos, hasta que el Kun sacó parte de su magia. Colgó un balón con la puntita del balón de lado a lado del área y Maxi, en una cabriola casi imposible, coloca el empeine para cruzar el balón ante un impotente Palop. El Calderón se venía abajo. Soñaba con que su equipo se acostara en Liga de Campeones. Pero la hinchada rojiblanca tenía que sufrir. Boulahrouz y Luis Fabiano metieron el miedo en el cuerpo en sendas oportunidades. En el descuento todo el mundo se volvió loco. Jurado metió el cuarto y Luis Fabiano, el tercero. Está claro que el Calderón tenía que sufrir hasta el final.