¿Quiénes son los míos?
ANDRÉS G. LATORRE Actualizado: GuardarSiempre, desde pequeño, me he preguntado eso de ¿quiénes son los míos? Sabía que yo era de Espinete, del Colacao y de los Fraguel, por lo que rechazaba, con una mezcla de desdén y obligación castrense, a Don Pimpón, el Nesquik y a los monstruos de la basura. Pero, como sucede con todo, las cosas se complican con el paso de los años. No sabemos de qué camiseta es nuestro equipo. A veces, incluso el emperador va desnudo y nos encontramos a nosotros mismos animando con una bufanda invisible.
Cuando creemos tener una rosa de los vientos que nos guíe, desaparece. Atacamos Irak, cuando todos éramos más jóvenes y bajitos, para defender al kurdo de la opresión brutal del tirano Satán Hussein. Ahora son los turcos los que, sin complejos, les corrigen la insoportable levedad del ser con un poco de plomo Made in Europe.
De equipo cambió Figo, no sé si lo recuerdan. Yo, culé como Serrat, tuve que cambiar su póster de mi cuarto y poner el de Luis Enrique. Lo mismo me sucede con los McCann. No sé si estoy con ellos o contra ellos. De momento, teniendo en cuenta mi pasada experiencia portuguesa, no pondré ningún poster. Y en este casi todo es casi nada, mejor no hablar de Muñoz y Baldasano. Ellos tampoco saben cuál es su equipo.
Incluso mi amigo Pedro,compañero en EGB y luego en BUP, ahora se llama Sonia. Seguiremos sin saber ni quiénes somos ni adónde vamos.
Eso sí, iremos muy deprisa, para disimular. Cuando mañana por la noche, paseando por Los Toruños, me cruce con la Santa Compaña, pensaré que son de los míos, cogeré la cruz y me llevaré todas mis dudas, hasta la semana que viene, al reino de los muertos y las tinieblas.