Cierre del mercadillo
Actualizado:Quiero expresar aquí mi protesta por el cierre del mercadillo tradicional de la plaza del mercado. Como vecino de dicha plaza, considero que la excusa de las obras de remodelación en curso no se sostiene, pues incluso con las vallas en torno al recinto hay espacio suficiente para los tenderetes e incluso para el paso del público.
Es cierto que el espectáculo que ofrece la plaza al acabar el mercadillo cada domingo es lamentable, por los montones de basura que dejan algunos desaprensivos. Pero de eso no tienen la culpa ni el resto de comerciantes ni los usuarios, que perdemos, los unos, una modesta fuente de ingresos que ayuda a la economía de muchas familias que ahora se sienten afectadas, y los otros, una entrañable tradición de siglos, por un mal entendido propósito de modernización que atiende más a la imagen externa de postal de Cádiz que a los deseos y al bienestar de sus propios habitantes.
Los problemas que da el mercadillo se pueden resolver simplemente con un par de policías municipales que den su ronda y multen a aquellos que abandonen basura en la vía pública (mejor que con una cuadrilla de empleados de la limpieza que se dediquen a recogerla). Por otra parte, tampoco es de recibo que se utilice también como excusa el que los comerciantes no tengan su correspondiente licencia. ¿Cómo van a pagar licencia unos señores por cuatro días que se ponen al mes, suponiendo que el mal tiempo no lo impida, por los escasos ingresos que puedan obtener como beneficio? Como también es absurdo impedir que los ciudadanos que lo deseen bajen a la plaza a vender aquellos objetos en buen estado de los que quieren deshacerse y que prefieren ofrecer al público a bajo precio en vez de arrojarlos a la basura. ¿También pretenden que paguen licencia?
Sería buena cosa que los responsables municipales bajaran de las nubes, escucharan la voz popular y sopesaran estas cuestiones y llegaran a una solución, debidamente reglamentada, que beneficie a todos los que estamos implicados.
P.D.: También estoy en contra de que derriben el edificio de la Aduana, asunto que no es sino otro capítulo de la misma historia.