Cuba amplia el apoyo de la asamblea de la ONU a la resolución contra el embargo
Actualizado: GuardarSólo cuatro países del mundo –EE. UU., Israel, Pala e Islas Marshall– votaron ayer en contra de la resolución de la Asamblea General de la ONU que pide el fin del embargo de EE. UU. contra Cuba, casi medio siglo después de que Eisenhower lo impusiera. El abrumador respaldo llegaba con un voto más que el año pasado gracias a Nicaragua, que llevó el resultado final a 184, de un total de 192 países integrantes. Micronesia protagonizó la única abstención. «Estados Unidos está sólo en el mundo», se ufanó la representante cubana.
Se trataba de una victoria moral para el gobierno de Fidel Castro, que sin embargo no servirá para detener el boicot económico. Esta era la decimosexta ocasión desde 1992 en la que buscaba el apoyo de la comunidad internacional. Entonces sólo 56 países se sumaron a su batalla, pero desde la caída de la Unión Soviética el embargo se ha vuelto más anacrónico que nunca.
Paradójicamente, «el bloqueo no se había aplicado nunca con tal ensañamiento como en el último año», dijo el ministro de asuntos Exteriores Felipe Pérez Roque, que se pronunciaba una semana después de que el gobierno de George W. Bush anunciase nuevas medidas. «Siete de cada diez cubanos sólo hemos conocido la amenaza perenne de agresión contra nuestra patria y las penurias económicas causadas por la persecución implacable del bloqueo», proclamó desde la tribuna. El canciller acusó a EE. UU. de rayar el fanatismo al aplicar el embargo a la cultura.
Ejemplos
Se refería, a los servicios de Google Earth, que pese a estar disponible en países como China no se pueden ofrecer en Cuba, o a la multa impuesta a organizaciones religiosas como la Alianza de Iglesias Bautistas, porque «algunos de sus feligreses hicieron turismo durante una visita con fines religiosos». EE. UU. defendió el embargo como un ejercicio de soberanía y recordó que las contribuciones directas de los estadounidenses a Cuba lo convierten en su mayor proveedor humanitario del mundo, aunque esto sea gracias a la ayuda que envían los exiliados a sus familiares, también limitadas durante el gobierno de Bush.
En su intervención, la UE justificó su voto a favor de la resolución no tanto por el embargo en sí, que calificó de «cuestión bilateral», sino por su extensión extraterritorial a través de las leyes Torriceli y Helms Burton que sancionan a empresas de terceros países que comercian con Cuba.