Muñoz procede a la firma de la resolución amistosa del contrato. / Ó. CH
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Antonio Muñoz recupera la presidencia del Cádiz

El cordobés cerró ayer el acuerdo con Arturo Baldasano A última hora de la tarde se efectuó el traspaso de poderes

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20,30 horas. Vicente Sánchez sale de uno de los despachos de la notaría de Federico Linares y confirma la noticia: «Ya se ha firmado el acuerdo». Hay fumata blanca. El culebrón tiene fin. La mayor crisis institucional del Cádiz en el último lustro se cierra «con un pacto beneficioso para ambas partes, algo que era realmente difícil» por las diferencias existentes.

Antonio Muñoz ya es oficialmente el nuevo presidente del club cadista. No hará falta Junta de Accionistas para nombrarlo a él y sus consejeros. El motivo es que no sólo ha habido traspaso de poderes, sino resolución total del contrato de compraventa. 2x1. Ya no queda ningún capítulo suelto. 21,00 horas. Antonio Muñoz abre las puertas de su sala, donde se ha rubricado la paz. Sentado en el centro de la mesa, está respaldado por su nuevo Consejo que en nada difiere del anterior. «Son mis hombres de confianza». Han dimitido los diez de Baldasano y por motivos formales sólo se han inscrito otros tantos: Muñoz Vera y Tapia, Martín José García e hijo, Francisco Puig, Federico González, Miguel Cuesta, Manolo Díez, Rodríguez Murillo y Enrique Huguet. En la Junta del 15 de noviembre se ampliará con la más que probable inclusión de Ramón Dávila y Michael Robinson (será lo único noticioso pues ni siquiera estará Baldasano). Además, Muñoz quiere reforzar el área económica y nombrará un portavoz para que el presidente no tenga que estar siempre al pie del cañón.

Por supuesto, las dos partes han estado en despachos separados, aunque en la misma notaría de Federico Linares. Ignacio Pérez Córdoba, abogado municipal, ha sido el gran mediador, y los paseos entre sala y sala eran constantes.

No coincidieron

Arturo Baldasano la abandona un poco antes con gesto contenido. No tiene ninguna gana de hablar. Sólo de huir. Si bien asegura que «volveré a Carranza, por descontado, ya que soy gaditano y me gusta mi tierra». Reconoce que tendrá que abonar cerca de dos millones de euros, lo que cuestan sus «compromisos» con el cuerpo técnico. Pero lo peor es la tristeza con la que abandona la entidad, «porque vine con un proyecto y en las condiciones con las que me he encontrado era imposible realizarlo».

El abogado estuvo por la mañana en El Rosal despidiéndose de los jugadores y los técnicos, en una fría salida. Con él estuvieron su hijo Iván y Moisés Israel. También acudió para dar su último adiós a instituciones públicas y medios de comunicación, además de a sus empleados.

Despedida por un lado. Y reencuentros por otro. Muñoz tiene previsto retomar las riendas a primera hora de la mañana, saludando a sus empleados en Carranza. Del estadio partirá hacia El Rosal, donde hablará con la plantilla y les pedirá una victoria ante el Xerez.

Unión. Esa es la palabra que llena la boca del nuevo presidente. Por el bien del Cádiz. «Fue la fórmula que nos llevó a los éxitos hace seis años, cuando la situación era mucho más complicada». Se abre una nueva etapa en el cadismo, pero no es tan desconocida. Suena igual que siempre.