El cáncer de Olmert

l anuncio del primer ministro de Israel, Ehud Olmert, de que padece un tumor de próstata que le obligará a pasar por el quirófano confronta una vez más el impacto de una noticia privada y necesariamente desasosegante con las responsabilidades propias de quien desempeña su labor bajo los focos. Ningún jefe de Gobierno debería ocultar la presencia de una enfermedad que pueda alterar en mayor o menor grado su aptitud y su agenda. Pero esa exposición de lo que no deja de ser un trance íntimo y personal no ha de conducir al paciente -en este caso, el líder hebreo- ni a tratar de trivializar su estado, ni a exagerar su compromiso político e institucional como si éste pudiera anteponerse a la comprensible preocupación por la propia salud.