El histórico bipartidismo desaparece en Argentina
La labor podría mantenerlo entretenido de por vida. Según comentan sus allegados, el aún presidente Néstor Kirchner se dedicará a rearmar el rompecabezas en que devino el Partido Justicialista (o Peronista) y lo haría bajo la impronta de él y su esposa. Algo así como un partido a medida.
Actualizado: GuardarSi algo caracterizó a las últimas elecciones en Argentina fue la atomización, un fenómeno que contrasta con el tradicional bipartidismo. Por décadas se alternaban en el Gobierno la Unión Cívica Radical (UCR), el partido de las clases medias, y el Justicialista, fundado por el presidente Juan Perón para dar una representación a los nuevos trabajadores en la era de la industrialización.
En 2003 la UCR, el partido que había empujado gobiernos como el de Raúl Alfonsín o de Fernando de la Rúa, cosechó apenas el 2% de los votos. El domingo, este partido se presentó camuflado tras un candidato justicialista, el ex ministro de Economía de Kirchner, Roberto Lavagna, que salió tercero. Otros dos postulantes a la presidencia que pertenecían a la UCR y hoy formaron nuevas agrupaciones son Elisa Carrió -segunda en la contienda electoral- y Ricardo López Murphy -séptimo-.
El justicialismo mostró sus desacuerdos en 2003 con tres candidaturas. La de centroderecha era la del ex presidente Carlos Menem. La de centro era la de Adolfo Rodríguez Saá. Y la de centroizquierda la de Kirchner, que ganó bajo el lema Frente para la Victoria, el mismo que llevó al gobierno a su esposa.
Esta vez, el justicialismo se dividió entre Cristina, Lavagna y Alberto Rodríguez Saá -hermano de Adolfo-. Para mayor dispersión, Cristina se alió con disidentes de la UCR que formaron con ella una coalición. En definitiva, hay peronistas de diversas tendencias en distintas agrupaciones. Y radicales divididos al infinito.