INSTRUCCIONES. Un agente explica a una conductora el funcionamiento del nuevo test de drogas. / EFE
ESPAÑA

Los controles a los conductores revelan que un 8% consume algún tipo de droga

Dos automovilistas que se negaron a pasar el test perderán seis puntos, dos meses el carné y pagarán 600 euros de multa

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Reveladores, cuanto menos, son los resultados del primer operativo antidroga puesto en marcha este fin de semana por la Dirección General de Tráfico. Un 8% de los conductores controlados -32 de los 411 que se sometieron a la prueba- dieron positivo por consumo de estupefacientes en el test salivar. Un porcentaje superior al de las pruebas de alcoholemia, que se sitúa en torno al 3% del total. A pesar de la cantidad de casos detectados, tan sólo un automovilista fue detenido por no estar en condiciones de conducir, por lo que la mayoría pudo continuar su ruta sin recibir sanciones.

Los controles realizados hay que verlos «con cautela», ya que «la comprobación es muy limitada», según el fiscal de Seguridad Vial Bartolomé Vargas, los 32 positivos en la ya denominada prueba del chupachús reafirman la teoría de la DGT: el consumo de cannabis, cocaína o pastillas está muy extendido entre los conductores; de ahí el 10% de víctimas mortales en 2006 cuyos exámenes toxicológicos mostraron la ingesta de estupefacientes.

En el operativo de Badajoz se llevaron a cabo 52 exámenes, nuevo dieron positivo. Mientras que en la madrugada del viernes sólo hubo dos casos, el sábado la cifra se disparó a siete, lo que supone el 27% de las pruebas totales. Un porcentaje «realmente preocupante».

En Zaragoza y Huesca pasaron el control antidroga 359 conductores de los cuales 23 dieron positivo:: seis del viernes y 17 el sábado. En sendos operativos dos automovilistas se negaron a realizar el test salivar, lo que implica un delito de desobediencia a la autoridad que podría ser sancionado con dureza: perdida de seis puntos del carné, retirada del permiso dos meses y 600 euros de multa.

Vacíos legales

Los especialistas consideran que el primer examen antidroga se cierra con un «balance singular». Se han detectado bastantes casos pero tan sólo uno fue confirmado por los médicos. La razón es que los aparatos de saliva no miden la cantidad, como ocurre con los alcoholímetros, por lo que no se puede comprobar científicamente si el conductor está en condiciones de coger el volante. Aunque los casos positivos deben someterse a un examen sintomatológico para medir el equilibrio y la visión, «estos no son la panacea», por lo que tiene que ser evidente que el conductor va muy drogado para pedir al juez la extracción de sangre.