Colectivos catalanes piden un gabinete de crisis por el AVE
Fomento descarta que El Prat sea la estación provisional de la alta velocidad en Barcelona
Actualizado:Diversos colectivos, como la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Cataluña, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona y de las comarcas del Baix Llobregat y del Bages, la Organización de Consumidores y Usuarios de Cataluña y Comisiones Obreras reclamaron la creación «inmediata» de un gabinete de crisis para hacer frente al «desbarajuste» en Cercanías.
En un manifiesto, estos colectivos exigieron la celebración de una reunión de «urgencia» con el Ministerio de Fomento, que cuente con la presencia de los alcaldes del área metropolitana afectada por el mal funcionamiento de los trenes. Las entidades plantearon la convocatoria inmediata del Consejo de Usuarios de Renfe creado el pasado julio, y que en las obras se «priorice» la seguridad «por encima de mantener unos plazos de llegada».
Por otra parte, el Ministerio de Fomento dio ayer marcha atrás en su proyecto de ubicar una estación provisional del AVE en la localidad barcelonesa de El Prat de Llobregat, hasta que acaben las obras que se llevan a cabo en la estación de Sants de la capital condal.
El anunció lo hizo el secretario de Movilidad de la Generalitat, Manel Nadal, tras la reunión que, como cada lunes, mantuvo con los miembros del Centro de Cooperación de Operaciones Ferroviarias (Cecof). La posibilidad de una estación alternativa la planteó el pasado sábado el Secretario de Estado de Infraestructuras del Ministerio de Fomento, Víctor Morlán. La iniciativa fue criticada por el alcalde de El Prat de Llobregat, Luis Tejedor, quién aseguró que las instalaciones del municipio «no están preparadas» para acoger el volumen de pasajeros que supondría la llegada del AVE.
Además «complicarían la movilidad tanto de los habitantes» de dicho municipio «como de los usuarios de Cercanías». El responsable autonómico calificó de «decisión importante» el que Fomento haya aparcado dicha alternativa.
Mientras que el portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, criticó al Gobierno por su gestión en la crisis del AVE. «Nadie en el Ejecutivo ha asumido ninguna responsabilidad concreta, y sólo interesa hacerse fotos en estaciones de cartón piedra», afirmó.
José Luis Rodríguez Zapatero se vio ayer obligado a romper una lanza a favor de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, ante la dirección del PSOE. Los continuos hundimientos en las obras del AVE a Barcelona y los subsiguientes cortes en las líneas de Cercanías han situado a la ministra en plena picota política. La oposición al completo exige su dimisión, pero el presidente del Gobierno dejó claro que, si hace falta, se inmolará por ella y en una reunión de la ejecutiva en la que se habló largo y tendido sobre este asunto, asumió como propia la responsabilidad de lo ocurrido.
Culpas a la empresa
Zapatero alegó que Álvarez ha actuado en todo momento con corrección y, según fuentes del encuentro, endosó a la empresa encargada de las obras de la alta velocidad en su último tramo a la llegada a Barcelona, OHL, cualquier falta de «diligencia» a la hora de responder a las dificultades. Nadie lo puso en duda. Como nadie expresó sus dudas sobre la estrategia elegida por el jefe del Ejecutivo para hacer frente a la crisis: entonar el mea culpa y postergar lo que haga falta a la fecha de conclusión de las obras en pro de la seguridad ciudadana.
Sí hubo discusión, en cambio, sobre las consecuencias electorales de tanto desastre. Cataluña es uno de los dos pilares en los que el PSOE asienta sus expectativas de victoria en las elecciones. Zapatero defendió que no hay nada que temer y su postura fue avalada por la que será cabeza de lista por Barcelona, la ministra de Vivienda, Carme Chacón. Su tesis es que la debilidad del PP y CiU en la comunidad deja pocas opciones.
Mientras, Magdalena Álvarez insistió en que no dimitirá mientras tenga la confianza del presidente del Gobierno, y consideró que no hay que «quemar a nadie en la plaza pública, aunque algunos quisieran». «Los trabajos terminarán cuando estemos seguros de que no se corre ningún riesgo», añadió.