BAJA FORMA. Ronaldinho, el domingo en el partido ante el Almería. / EFE
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Ronaldinho cada día vale menos y en el Barça ya le ven como suplente

El jugador brasileño sigue en declive y presenta unos números decepcionantes

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Ronaldinho alzó la voz en verano. Prometió trabajo y sacrificio para realizar su mejor temporada y hasta dejó a Brasil de lado para ausentarse de la Copa América y estar así a tono con el Barcelona. Se sentía en deuda después del bajísimo rendimiento que ofreció en la pasada campaña, curiosamente la que mejor se le dio en lo que a números se refiere. Palabras. El «10» del Barça sigue en su fase de declive y nadie sabe cuándo aterrizará de su caída en picado. Cada día va a menos y la gente ha perdido la paciencia con él.

Obligatoriamente, Ronaldinho sigue acaparando todos los debates que se generan en el entorno. Sigue ofreciendo una imagen gris y nadie llora su ausencia cuando no está en el campo. Es más, casualmente el equipo ha jugado mejor sin él y desde dentro del club le van calentando el banquillo ya que ha dejado de ser intocable. «Somos muchos jugadores, no es un problema para él ir al banquillo. Tenemos muchos partidos por delante y un descanso siempre puede ir bien», le recomendó ayer su compañero Zambrotta.

Los números no mienten y son devastadores. Cumplidas nueve jornadas del campeonato, sólo ha podido completar un encuentro de Liga, el primero ante el Racing de Santander. Desde entonces, el brasileño ha sido sustituido en todos los partidos que ha jugado e incluso el domingo abandonó el terreno de juego entre silbidos. Ha disputado 385 minutos (el 47,5 por ciento) en los nueve encuentros ligueros que se han disputados hasta el momento -se perdió tres por lesión y uno por llegar tarde de Brasil- y sólo suma dos goles, ambos a balón parado y ante el Athletic de Bilbao. En la «Champions», también ha sido sustituido en dos ocasiones. En tres jornadas, el brasileño completó únicamente el partido ante el Rangers.

Las palabras de Joan Laporta justo al término del encuentro ante el Almería parecen tener un claro destinatario. No dio nombres, pero todos miraron hacia la misma dirección. «Tienen que jugar los mejores, si no el equipo sufre mucho», sentenció. Mientras, Txiki Beguiristain salió ayer a la palestra y envió un mensaje de apoyo al que fue el mejor jugador del mundo. «Debe ir cogiendo su nivel. Otros aspectos del juego ya irán llegando. Su voluntad es fantástica y eso es lo más importante. A partir de aquí, también podrá alcanzar el gran fútbol que ha hecho», afirmó el secretario técnico, un discurso que se repite continuamente.

Lo que está claro es que Ronaldinho cada día está más devaluado. Estuvo en todas las portadas durante el fin del pasado curso y a lo largo del verano, con ofertas astronómicas llegadas desde Milán y desde el Chelsea. Los italianos hablaron de unos cien millones de euros y esta proposición indecente dividió a la junta de Laporta, pues muchos dijeron que lo mejor era aceptar y no malvender a posteriori como pasó con Rivaldo. Ahora es más barato, una especie de subasta a la inversa. Poco a poco ha bajado su valía y los últimos rumores hablan de una oferta máxima cercana a los cincuenta millones. Mientras, él sigue preguntando a Kaká cómo van las cosas por Milán. Parece que Barcelona ya no le hace feliz.